La guerra civil española despliega toda su controversia en escena a través de un espectáculo apabullante de teatro-documento

El tercer shock comandado por Andrés Lima, tras el I, de 2019, y el II, de 2021, nos deja una mirada lógicamente sesgada ─como debe proceder el arte─, sin insolencia, ni soberbia, ni panfletismo. Popular, aunque no populista. Situarse del lado los perdedores, implica laminar muchos de los desafueros de estos, que aquí se muestran poco. Paracuellos no acontece, y, por ejemplo, a Largo Caballero no se le escuchan barbaridades antidemocráticas como: «Hay que apoderarse del poder político, pero la revolución se hace violentamente: luchando y no con discursos». Sigue leyendo







