Correcta versión del clásico de Sófocles; aunque Sanzol se queda corto en la experimentación

¿Qué hacer con el mito más veces narrado? ¿Qué hacer con uno de los personajes más auscultados de la historia? ¿Cómo tratar el hecho religioso que comanda la tragedia, después de tantas interpretaciones paganas y psicoanalíticas? Con Edipo, el spóiler no es posible, la sorpresa no llega y uno desearía, en ocasiones, que de repente enmudecieran y que de sus rostros surgieran otras sospechas. Edipo Rey podría terminar en un minuto. Al fin y al cabo, Apolo tiene la decencia de lanzar un acertijo para que el descubrimiento no les alcance de súbito y puedan reaccionar. Al fin y al cabo, qué culpa tiene el rey de Tebas. Alfredo Sanzol ha concitado a los personajes de Sófocles a una cena purificadora. Juan Antonio Lumbreras es Edipo y también uno de los actores fetiche del dramaturgo. El espectador habituado al lenguaje Sanzol debe deshacerse de la idea de que tras tanta solemnidad llegará la solución cómica (habría sido una posibilidad). Lumbreras comienza su alocución demasiado arriba y enseguida lanza el órdago sobre el devenir del culpable de la peste que asola la ciudad, después de escuchar a Creonte. Este es interpretado por Paco Déniz con gran aplomo y manteniendo sus emociones a raya (muy alejado de su papel de Lógico hace unos meses en el Rinoceronte). A la madre-esposa, a Yocasta, se la lleva Eva Trancón (de la que disfrutamos junto a Lumbreras en Canícula), demasiado joven para este papel, aunque pone todas sus energías en aplacar los ánimos de su hijo-esposo. Junto a ellos, Natalia Hernández, magnífica en los coros con Eva Trancón y muy sobria como Ismene y el resto de personajes. Finalmente, Elena González es quien mejor coge el tono propicio de la tragedia, su grado de emoción es descomunal y apabulla su voz en la plasmación de la verdad cuando interpreta a Tiresias o, después, como Heraldo. Extraordinaria. El Edipo Rey de Alfredo Sanzol peca en exceso de esencialismo. Está claro que se trabaja con un texto grandioso y aquilatado por la historia, pero el espectador actual requiere nuevas interpretaciones y, fundamentalmente, innovadoras intervenciones dramatúrgicas. Es evidente que los actores han sido dirigidos con primor; pero, igual que en anteriores obras, Sanzol no ha ofrecido su visión sarcástica y crítica de la realidad. Es una pena que no haya experimentado con un material al que aún se le puede sacar punta; y parece que el concepto del Teatro de la ciudad va en esa dirección. De todas formas, continúa siendo Edipo Rey, y Sófocles mantiene el tono con su arquetipo universal.
Autor: Sófocles
Dirección y versión: Alfredo Sanzol
Reparto: Juan Antonio Lumbreras, Natalia Hernández, Paco Déniz, Eva Trancón y Elena González
Música: Fernando Velázquez
Diseño de escenografía: Alejandro Andújar, Eduardo Moreno y Beatriz San Juan
Diseño de vestuario: Alejandro Andújar
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe
Diseño de sonido: Sandra Vicente
Teatro de La Ciudad
Teatro de La Abadía (Madrid)
Hasta el 21 de junio de 2015
Calificación: ♦♦♦
Texto publicado originalmente en El Pulso.
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