Vicky Luengo ofrece un estupendo trabajo actoral para encarnar a una abogada que ha sufrido una violación. Es, de hecho, el gran valor de la obra, en la órbita del movimiento #MeToo, firmada por Suzie Miller

Viene esta obra a redundar en el estado paranoico de nuestra «cuestión». Y no me refiero ni al consentimiento, ni al caso Rubiales, ni a los que vengan; sino a cómo se juega con distintas teorías de la verdad (o de la falsedad) según nos convenga. En nuestra coctelera de la comunicación social entran las leyes ad hoc, la moral x y las emociones y, los prejuicios que sí o no, lo grabado, lo contado, los antecedentes, la presunción de inocencia, el sexo/género, las redes sociales, las inquisiciones contemporáneas y, como vamos a ver, mi yo, mis sentimientos, mi perspectiva, el POV (point of view) del personal impuesto como objetividad suprema, la del dios omnipresente. De esto va Prima Facie. Sigue leyendo






