Francesco Carril y Ángela Boix se adentran en el ensayo de su propia relación amorosa a través de una función verdaderamente extraña

Ya el silencio de él deambulando pensativo mientras ella lo observa es bermaniano. Después comprobaremos que la función entremezcla varias partituras; pero que la batuta del cineasta sueco y su concepción de las relaciones amorosas marca un ritmo identificable. Anécdota sobre Ingmar y Liv Ullmann, sus compatibilidades y su fin. Son ejemplos del vigor y del fulgor. Luego, también, leerán unos fragmentos del guion de Saraband (publicado en español junto a Secretos de un matrimonio ―esto no tiene nada que ver con ese montaje perpetrado por Darín), como un Johan y una Marianne que en su vejez recuerdan el pasado, una vez ya se ha disuelto su enlace. Pero, aparte de estas claves, ¿por dónde podemos asir esta propuesta? Olvidémonos ―por mucho que el tapiz blanco y la iluminación de Lola Barroso nos lo haga recordar― de La clausura del amor (quizás podamos pensar más en Sé de un lugar, aquella obra de Iván Morales que se representó precisamente en la misma Sala Cuarta Pared en 2014). Esto va de la repetición cotidiana de amarse, de querer amarse, de querer repetir con la misma persona cada día, esto va de agotar el deseo y ansiar novedad. Esto va de «ensayar el amor» y la ruptura, de practicar el amor y sus posibilidades, y sus imposibilidades. Por eso Francesco Carril y Ángela Boix (como ellos mismos en otro giro de la autoficción) amasan y deshilachan esta materia tan dúctil, tan frágil, tan simbólica. Él se sumerge con antojo y con desesperación, con afán de juglar en una tonada cursilona en su canción bilingüe italiana y española dedicada irónicamente a su amada. El recuerdo es el trastorno, y la presencia de su madre, como sueño y como fantasma en una supuesta verbena en Lerma, mientras baila un pasodoble, nos adentra el psicoanalítico surrealismo de quien parece cargar con el Edipo. El actor demuestra esa facilidad que tiene para aunar bonhomía y altivez. Por su parte, Ángela Boix es un vaivén de emociones, de tirones y de empujones, de tristeza suprema, desencanto y furia. Aunque ella también se deja conquistar para perseguir el son de su amado. Ambos nos concitan con versatilidad hacia un estado de permanente extrañeza, sin caer en la tontería o la blandenguería de algunos enamorados tremendistas. Uno de sus motivos reiterados lleva como mantra aquel verso encabalgado de Jaime Gil de Biedma en su «Idilio en el café»: «Ahora me pregunto si es que en toda la vida / hemos estado aquí…». Y tiene mucho sentido que después ahonden en la diferencia, en la posibilidad, en la confusión y en ese lenguaje tan particular de las parejas que se aman profundamente y que atraviesan el tiempo cumpliendo no solo años, sino momentos dilatados. Es un código de cuerpo y palabras recargadas de significancias. Y un mundo tácito que hiere. Además, les acompaña alguna estrofa de T. S. Eliot para insistir en aquello de que: «Así cada empresa es comenzar de nuevo». Se separarán o seguirán juntos. No lo podemos saber. Lo cierto es que se nos queda muy corta la función, pues apenas alcanza los sesenta minutos. Cuando uno empieza a intuir ciertas direcciones, el asunto finaliza. Se le podría achacar que algunos detalles como pedir un pañuelo al público para secarse las lágrimas (en dos ocasiones) y romper la dinámica, sobran. También, en algunos instantes, cuando parece que la dispersión es excesiva y los tiempos muertos a la hora de poner música en el ordenador se podrían pulir. La sensación de que es una obra en marcha y preparada para cambiar cada día es inevitable y fascinante a la vez. Los dos intérpretes más Juan Ollero han elaborado un proyecto que toca claves básicas de las relaciones humanas. Posee, en definitiva, un aura de rareza absolutamente atrayente.
Una creación de Ángela Boix, Francesco Carril y Juan Ollero
Dirección: Juan Ollero
Reparto: Ángela Boix y Francesco Carril
Diseño de iluminación: Lola Barroso
Fotografía: Danilo Moroni
Diseño gráfico: Ceci Gómez
Sala Cuarta Pared (Madrid)
Hasta el 8 de noviembre de 2019
Calificación: ♦♦♦♦
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4 comentarios en “Hacer el amor”