Fedra y Medea son tamizadas por Las Niñas de Cádiz a través de una propuesta desenfada repleta de guiños chirigoteros
Ahora mismo, existe una dramaturgia reconocible en España (podría ampliarla a lo peninsular, como se verá) que contiene claras fuentes populares y que se muestra con vigor femenino. Podemos contar tres compañías que, desde distintos puntos, confluyen en modos, como son los del teatro físico, aumentado por el folclore, la ironía, las mezcolanzas con el lenguaje más moderno, la sátira no excesivamente descarnada y una expresividad rayana en el esperpento. Así se han manejado hasta ahora la Teatro en Vilo (véanse su Interrupted o Man Up, por ejemplo), A Panadaría (véase Las que limpian) y desde 2018 Las Niñas de Cádiz. Estas últimas, poseen cordón umbilical con La Zaranda por vía Jose Troncoso, que aquí colabora. Si ellas, además, ponen foco en los clásicos grecolatinos, podemos pensar también en los portugueses de Companhia do Chapitô (véanse su Edipo o Electra). Sigue leyendo