La abducción de Luis Guzmán

El Teatro del Barrio recupera una pieza teatral sobre un individuo que vive en la órbita de lo paranormal

La abducciónHace muy pocos meses conocimos la obra de Pablo Remón 40 años de paz, que se presentó con bastante éxito en el Festival de Otoño en Primavera. Ahora tenemos la oportunidad de revisitar su obra anterior en el Teatro del Barrio. La abducción de Luis Guzmán es una pieza caracterizada por el trastorno mental de un individuo que ha creado todo un mundo imaginario alrededor. A Luis nos lo encontramos frente a un televisor visionando programas grabados de Cosmos, la serie documental escrita por Carl Sagan; comiendo pipas con ahínco y comentando sus impresiones mezcladas con ciertas quejas de tipo doméstico. A continuación conocemos a Max, su hermano, recién llegado de Londres; un hombre de negocios en la City. Al principio le sigue la corriente a Luis, sobre sus programas de radio y sus representaciones como locutor frente a un pequeño radiocasete. Antes de que aparezca sorpresivamente la mujer de Max, los problemas familiares de todos los intervinientes han salido a la luz. Es, en definitiva, de lo que trata la obra, de esos choques que se producen en los pasados familiares y de cómo se van agrietando según pasa el tiempo. Contamos en escena, principalmente, con un actor como Emilio Tomé, capaz de adentrarse en la logorrea de su abducido personaje y de embeberse en los intersticios de las dimensiones reales y paranormales que conjugan en su conciencia. Una labor absolutamente sobresaliente, cargada de un tono humorístico acibarado que, esencialmente, en la primera parte, resulta de verdad graciosísima. Le dan buena cobertura tanto Francisco Reyes, que también posee momentos álgidos, sobre todo cuando el alcohol hace mella y nos descubre sus peripecias londinenses de ejecutivo enganchado a las sustancias que le permiten mantenerse en la cresta; como Ana Alonso, quien se la tiene que ver con un papel más racional y moderado ante las peculiaridades de esos dos hermanos huérfanos y con un porvenir incierto. Desde luego, Pablo Remón, al que le gusta construir textos dramáticos excesivamente subordinados y repletos de incisos, discursivos y galopantes, aquí aprovecha muy bien sus dotes lingüísticas para vertebrarlas ante un individuo con cierta incontinencia verbal y que, además, se cree locutor de radio. Este es un ejemplo de cómo buscar las tramas y los motivos necesarios para que los recursos sean puramente teatrales. En verdad, La abducción de Luis Guzmán es una obra ágil, muy bien medida en tiempo y de la que uno esperaría una continuación o, incluso, un mayor despliegue de las posibles subtramas. Te quedas con ganas de más.

La abducción de Luis Guzmán

Escrita y dirigida por: Pablo Remón

Reparto: Ana Alonso, Francisco Reyes y Emilio Tomé

Diseño de luces y Espacio Sonoro: Eduardo Vizuete y David Benito
Escenografía y vestuario: Ikerne Giménez
Ayudante de dirección y producción: Silvia Herreros de Tejada
Asistente de dirección: Raquel Alarcón
Mobiliario: Restauradoras Creativas
Fotografías: Flora González Villanueva
Diseño de cartel y diseño gráfico: Dani Sanchís

Una creación de La_Abducción

Teatro del Barrio (Madrid)

Hasta el 16 de marzo de 2016

Calificación: ♦♦♦♦

Texto publicado originalmente en El Pulso.

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7 comentarios en “La abducción de Luis Guzmán

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