Los despiertos

El dramaturgo José Troncoso crea su obra más profunda a través de las vidas de tres barrenderos en la contemplación del absurdo

Los despiertos - FotoContinúa exprimiendo su estilo José Troncoso y esta vez con una de sus propuestas más acertadas, más profundas en su cosmovisión y mejor desarrolladas en cuanto a su trama y a la plasmación de unos caracteres que, nuevamente, se configuran como marionetas, como clowns que caminan con rápidos pasos cortos con los pies hacia fuera. Como unos vagabundos, adoradores de Diógenes, que observan el mundo fuera de él, mientras la muchedumbre duerme. Son tres barrenderos que nos evocan un reducto onírico, como si fueran emanaciones de unos tipos que han vivido historias dolorosas y que los subsumen en una alegoría de sí mismos. Propiciar este cuadro estrafalario y altamente raro es el acierto mayor del dramaturgo. Luego, cada una de las biografías puede tener más o menos enjundia, puede remitirnos a un costumbrismo más o menos rancio; la cuestión es la atmósfera por la que deambulan: un limbo de nocturnidad. Sigue leyendo

Anuncio publicitario

Homenaje a Billy el Niño

Una obra que satiriza, desde el teatro-documento, los «cabos sueltos» de nuestra Transición, a través de la historia del inspector de policía Antonio González Pacheco

Homenaje a Billy el Niño - Foto de Laura Ortega
Foto de Laura Ortega

No han faltado en las últimas décadas —antes y después del 15 M— distintos cuestionamientos sobre el relato de la Transición. El borrón y cuenta nueva, la monarquía de partidos, el pragmatismo por encima de todo, el dejar atado el sistema controlando las estructuras y propiciando, a la postre, todo tipo de corrupciones y corruptelas que hemos padecido y lo seguimos haciendo. Entre las amnistías y el querer insistir en el olvido de muchas tropelías es muy comprensible que muchas víctimas de los zurriagazos del último franquismo quedaran desvalidas. Así quedó reflejado en el documental El silencio de los otros (2018), trayendo, sobre todo, a colación el tema de la Memoria Histórica. Otro documental, titulado Billy (2020), fue dedicado íntegramente a la figura de Antonio González Pacheco. Y, por lo tanto, podemos tomarlo como referencia también para observar la obra que firman Ruth Sánchez y Jessica Belda en el Teatro del Barrio. Sigue leyendo

Una galaxia de luciérnagas

La terrible experiencia de Aina Tur fragua con profundidad en la interpretación desasosegante de Anna Alarcón

La actriz Anna Alarcón, a quien desearía ver sobre los escenarios mucho más, posee una impronta de enorme atractivo. Es una intérprete que te enchancha con su potencia gestual y esa voz de toques masculinos. Me resulta inapelable su comunicación dramatúrgica y después de Sé de un lugar y Desayuna conmigo, Una galaxia de luciérnagas me vuelve a convencer sobre mis pensamientos. Se ha puesto al frente, en solitario, de uno de esos monólogos que en los últimos tiempos se entreveran de narraturgia y de cierta distancia con el acontecimiento. Quizás esta última característica, materializada con apelaciones al espectador, como si estuviéramos en una conferencia conciliadora o que busca la comprensión del otro, me saca de la obra. Es la mayor pega que puedo encontrar; aunque, a decir, verdad, no se abusa de este procedimiento. Nos situamos en un país de Centroamérica que no quiere ser desvelado —muchos otros detalles tampoco pueden revelarse, porque el asunto aún puede traer cola—. El suceso transcurre el 24 de julio de 1998. Como si fuera una crónica periodística —sabemos que el relato se basa en una experiencia real sufrida por la dramaturga y directora Aina Tur—, entremezclada de autoficción, pero sin cargar las tintas como últimamente se hace, llevando lo personal e íntimo hasta un límite casi obsceno. Sigue leyendo

Atocha: El revés de la luz

Un montaje de teatro-documento que se embrolla en la aproximación a la terrible matanza de los abogados laboralistas en 1977

Resulta extraño que la denominada «matanza» de los abogados de Atocha (terribilísimo atentado) no haya tenido más atención por parte de los dramaturgos españoles, sobre todo teniendo en cuenta las repercusiones que tuvo (hay tantos temas de nuestra historia reciente que apenas han sido explotados que la abundancia de costumbrismo, a veces, cansa y ofende) y las ramificaciones políticas que se escondían en sus perpetradores. Desde este punto de vista, aunque un poco tarde, es loable que el caso dé para una obra teatral. No obstante, siento comunicarles que el desconocimiento de lo ocurrido en los últimos 50 años por parte de las últimas generaciones nos deja, en conjunto, como una sociedad auténticamente imbécil, con lo que, a algunos de los posibles espectadores, les pillará de nuevas. ¿Cuántas obras hay en Atocha: El revés de la luz? Demasiadas. Y si se quieren imbricar en tan solo 70 minutos, entonces nos subsumimos en lo inabarcable. Javier Durán ha escrito un texto a partir de las entrevistas y de las declaraciones del único superviviente que aún queda vivo: Alejandro Ruiz-Huerta. Teatro-documento para vertebrar una función caótica y sobredimensionada que, en cierta medida, tira por tierra el objetivo primordial. Porque la falta de claridad no logra que aquellos actos deleznables se expongan en su crudeza (máxime si se sustituye la brutalidad asesina de los disparos, por una fría descripción como si fuera el resumen de un policía desencantado). Puesto que, además, no se profundiza en las causas del hecho concreto en el momento preciso de aquel 24 de enero de 1977, como, por ejemplo, las vinculaciones con el neofascismo italiano a través de Gladio. Sigue leyendo

Carmiña

El Teatro del Barrio sigue mostrando la vida de célebres escritoras con un bosquejo sutil de Carmen Martín Gaite

Nos hallamos ante el tercer episodio de la serie «Mujeres que se atreven», después de Emilia y de Gloria. Carmiña, no alcanza a ser semblanza sobre Carmen Martín Gaite, ni tampoco a ser biografía al uso; es un híbrido tangencial y sutil de varias y difusas aproximaciones a un sentir, a un mirar, de aquella mujer que tuvo que atragantarse con la tristeza. El texto de Noelia Adánez es tan elíptico, que muchos espectadores tendrán que echar mano de internet o de alguna enciclopedia para enterarse de algunos hitos. Desgraciadamente, muy pocos autores del siglo XX se estudian con algo de detenimiento en los planes académicos. Sigue leyendo

La zanja

Diego Lorca y Pako Merino recrean el desastre de 2000 en la mina de Choropampa (Perú) como una simbólica repetición del pasado

Los de Titzina ya demostraron un modo de hacer particular en aquel Distancia siete minutos que presentaron en 2014 en el Teatro de La Abadía. El desarrollo de historias complejas, abordando cada escena en la reconversión de varios personajes, con unas transiciones muy fluidas, con desplazamientos sugerentes entre las sombras que va habilitando una iluminación muy focalizada en los diferentes espacios. Establecer un vaso comunicante entre Pizarro y Atahualpa, y la tragedia de Choropamapa (Perú) en el año 2000, cuando un derrame de mercurio ―utilizado para extraer el oro― contaminó altamente la zona. Era otra vez la búsqueda del preciado metal, la imposición del poder y los augurios de progreso y bonanza. «¿Qué tendrá este metal, para ser más querido que los hombres?», afirma en su primera alocución Diego Lorca para introducirnos en un relato de vaivén constante donde la Verdadera relación de la conquista de Perú, de Francisco de Xerez (secretario y escribano oficial de Pizarro), trae ecos permanentes. La zanja es un entramado de personajes que deambulan entre el ambiente macilento en un espacio de realismo mágico, como si se nos remitiera al Pedro Páramo de Rulfo, entre las arideces de la desolación y de la sequía pertinaz, y las voces de aquellos espíritus de antaño que pululan. El diálogo que, en diferentes momentos, mantienen el alcalde de la localidad y el técnico de la empresa minera ―responsable de convencer a los lugareños de la viabilidad ecológica del proyecto―, resulta ser el más fértil filosóficamente. Dos visiones antagónicas de la vida y de las ambiciones de unos individuos con objetivos que chocan irremediablemente. Sigue leyendo

Las princesas del Pacífico

Una tragicomedia esperpéntica sobre una tía y su sobrina cumpliendo la fantasía de viajar en un crucero

El éxito de este espectáculo es innegable y no es fácil que esto ocurra con un montaje tan pequeño. Así que será comprensible para el público que aún no lo haya visto que el texto y las actuaciones son capaces de ser los suficientemente atractivas. Ahora, será necesario que el espectador de los diferentes lares por los que ha paseado la propuesta entre en un tipo de humor con altas implicaciones socioeconómicas y que se inserta genuinamente en la cultura española, y que tiene acento andaluz. Hablamos del guiño grotesco, del insulto ingenioso ―también del improperio con la boca de medio lado―, de la hipérbole sobre la hipérbole, de las mezclas lingüísticas incomprensibles ―además de los vulgarismo propios de los poco instruidos―, las comparaciones intempestivas y, un aspecto que a algunos les puede chirriar, que es el machaque, la repetición de un tic, de una respuesta, hasta la saciedad, hasta destrozar el chiste y provocar el reverbero de la risa tonta y dejarlo bobadita infantil (en este sentido puede resultar algo anticuado). Si en el primer tercio de la obra uno observa que sus risas esconden una tristeza, un frío y una miseria imponderable, en el resto de la función se asume que el mundo moderno del ocio y el bienestar crecientes se les quedan muy lejos. Sigue leyendo

El patio

Teatro Corsario se enfrasca en una tragicomedia que nos sitúa ante unos individuos en proceso de deshumanización

Hace un par de años pudimos contemplar de qué modo Spiro Scimone (autor italiano nacido en 1964) ausculta la realidad con La fiesta, un texto escrito en 1999. Su siguiente obra fue, precisamente, esta que acometen los de Teatro Corsario, El patio (El cortile), de 2003. En gran medida, si no se puede establecer una continuidad argumental, pues son historias bien distintas, sí que se puede reconocer una estética y, sobre todo, una ética, caracterizada por la melancolía y por un nihilismo que apenas deja una brizna para la esperanza (¿esperar, qué?). La impresión que me llevo me remite de nuevo a la primera, parecen ―también por su brevedad―, piezas de un todo, de una mirada sobre el mundo contemporáneo, una aproximación a la grieta de esos muros que nos separan de gente que vive en los márgenes, ya sociales o ya sicológicos. Al hundimiento se puede llegar por muchos caminos; pero nos remiten esencialmente a los mismos fundamentos. Sigue leyendo

Los días de la nieve

Semblanza sobre Miguel Hernández a través del sentido relato de su viuda, Josefina Manresa

Los días de la nieve - FotoVuelve Alberto Conejero a inmiscuirse en uno de esos poetas mitificados en nuestra historia, verdaderos fetiches, como el Lorca que evocó en La piedra oscura. Ahora es Miguel Hernández —olvidemos esa etiqueta inadecuada del «poeta pastor»— a quien se aproxima de la mano de su mujer, Josefina Manresa (Quesada, Jaén, 1916-Elche, 1987), la responsable de recopilar todo el legado de uno de nuestros mejores escritores. También regresa el estilo lírico del dramaturgo, esas pinceladas que van creando un ambiente que alegoriza una vida, una época. Porque el discurso de la viuda está tonificado por una pátina grácil, bonachona y sonora. Las palabras se insertan en versos, escuchamos estrofas; la rima se suspende en el aire y eso, una de dos, o nos saca de la situación por inverosímil o nos fuerza a que aceptemos imaginariamente una construcción literaria que se apoya en el recuerdo firme; pero, además, quebrado por los años para reconstruirlo mucho después. Sigue leyendo