La correspondencia entre Antón Chéjov y su esposa, la actriz Olga Knipper, se transforma en un montaje que rezuma romanticismo
Partamos de que ya nos topamos con la pareja Casany y Valls cuando se enfrascaron en la estupenda Vania, de Carles Alfaro. Ahora, estos dos estupendos actores (ambos con el Premio de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana a la Mejor Interpretación en 2020) parecen observarse a sí mismos fuera de aquellos personajes para atenazar la conflagración del amor epistolar en el contexto del frío, de la enfermedad, del enardecimiento, del cansancio y de la esperanza en un futuro que románticamente se manifiesta imposible; pero que románticamente hay que afrontar con agonía. Esta obra será una historia fulgurante y repleta de amor para aquellos que no conozcan a Chéjov, su vida, sus obras y su contexto sociocultural; y será una correspondencia alusiva para aquellos que vayan al teatro con un bagaje y puedan imaginariamente completar la cantidad de huecos que aquí se sortean. Sigue leyendo