Denise Despeyroux ofrece su visión deconstruida de la malograda reina María Estuardo

Si la historia de María Estuardo se ha narrado y filmado en múltiples ocasiones, desde luego, hasta ahora, no había formado parte de un work in progress donde se mezcla lo propiamente metaliterario, con las conexiones de internet, con lo histórico, con lo paranormal y con un sustento romántico que genera un artefacto multifacético que ofrece momentos de extrañeza y poética dramática. Denise Despeyroux vuelve al riesgo con este relato en el que una actriz prepara su papel de la reina escocesa para una futura representación, mientras recibe las indicaciones pertinentes del director a través de Skype; y este, a su vez, se encuentra viviendo una aventura esotérica en el Castillo de Tutbury. Todo se enreda cuando entra en escena un actor con intención de ingresar en el proyecto. En el ánimo por concentrar tantos géneros, el que gana con creces es la parodia de terror. En el cine contamos con El día de la bestia, por poner un ejemplo que, a diferencia de otros filmes más modernos como Zombies party, pretende tratar el tema de lo oculto con cierta seriedad. En Ternura negra, el humor está presente en diversos niveles de principio a fin, desde el pastiche que pretende llevar a cabo el director aceptando cualquier teoría peregrina sobre amantes, encuentros con Isabel I y su obsesión por toparse con el fantasma de María Estuardo en ese castillo encantado de Tutbury; hasta las respuestas amaneradas de Hugo, el actor, puesto que él, en el lenguaje del aura, afirma ser «índigo» ─algo, sin duda, a tener en cuenta. Si a esto le añades las posesiones de la protagonista, te encuentras con un popurrí de elementos parasicológicos, junto a devaneos artísticos de un dramaturgo un tanto chiflado, que vertebran una obra que, por otra parte, flaquea con los otros géneros. Y es que los tintes románticos lucen en la solemnidad que le imprime Ester Bellver cuando se mete en la piel de la reina y su voz épica resuena profunda; pero no parece muy creíble la repentina atracción que se manifiestan ella y su director. En el debe también se encuentra el lenguaje cotidiano y deslavazado que emplean los tres personajes cuando preparan los ensayos y que contrasta en exceso con credibilidad que se le quiere imprimir al resto de la función. Ternura negra se sostiene y se eleva en esta marabunta de guiños y tonos gracias a un elenco absolutamente magnífico. Empezando por Joan Carles Suau que intercala su papel como joven actor con su transformación en reina Isabel I, y demuestra una solidez impresionante, un plante de orgullo y soltura necesario para compactar con Ester Bellver. La actriz madrileña, que aún sigue girando con su protAgonizo, despliega nuevamente sus habilidades vocales tanto en la interpretación del tema folclórico escocés «My bonnie moorhen», como a la hora de jugar a la realidad y a la ficción mientras ensaya su María Estuardo y es poseída por su espíritu. En este caso, Fernando Cayo aporta su buen hacer mediante una grabación, mientras, curiosamente, al mismo tiempo, está en carne y hueso en las funciones de Páncreas. Es un espectáculo en el que se utilizan varios vestidos, armas, copas y demás atrezo, y en el que tienen cabida el ordenador y el móvil, necesarios para proyectar esa conversación en la red. Resulta curioso y, también paródico, el empleo de un falso holograma que, con un juego de luces, contribuye a sumar más aristas a todo el entramado. La historia de María Estuardo da para mucho, su vida fue fascinante y terrible, y traerla a las tablas nos permite revisitar su figura. Es una gran noticia que una joven dramaturga se siga atreviendo a mezclar lenguajes, a jugar con las formas del teatro, de la ficción histórica y, aunque, podría redondearse algo más el encaje de tantos elementos, es, ciertamente, una buena oportunidad para ver cómo se engrasan las bisagras de la dramaturgia actual.
Escrita y dirigida: Denise Despeyroux
Reparto: Ester Bellver, Joan Carles Suau y Fernando Cayo
Diseño de escenografía: Alejandro Andújar
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe
Ayudante de iluminación y técnico de compañía: Enrique Chueca Peña
Diseño de vestuario: Ana López Cobos
Ayudante de vestuario: Marta Martín-Sanz
Diseño de sonido: Mariano García (Estudio 340)
Ayudante de dirección: Beatriz Jaén
Realización audiovisual
Dirección: Jorge Sánchez-Cabezudo y Denise Despeyroux
Dirección de fotografía, cámara y edición: Daniel Sosa
Auxiliar de dirección: Alejo Serra
Sonido: David de los Ríos y Sergio Gracy
Producción: Carne Viva y Rotura Producciones
Auxiliares de producción: Goyo Díaz, Beatriz Jaén y Carlos Fontales
Sala Mirador (Madrid)
Hasta el 7 de febrero de 2016
Calificación: ♦♦♦
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