El clásico griego de Sófocles se imbrica con las luchas sociales de los trabajadores brasileños en este montaje de Milo Rau
Milo Rau es de los dramaturgos más interesantes del panorama europeo (me interesa). Estuvo en este mismo escenario del Conde Duque la temporada anterior con Familie. Vuelve a relacionar realidades contemporáneas, gravosas, con las tragedias griegas, como ya realizó con Orestes in Mosul. Creo que esta Antigone in the Amazon alcanza cotas elevadas de tensión y de activismo político. En cualquier caso, pienso que, por el momento, su montaje más insidioso sigue siendo Five Easy Pieces, por encima, también, de Empire.
Ciertamente, no hemos parado de recibir Antígonas en los teatros, desde la furiosa Carmen Machi que dirigió Miguel del Arco, hasta la tediosa de Guy Cassiers, pasando por la insolvente de David Gaitán o la mirada de María Zambrano. El director suizo trabaja nuevamente con la proyección de vídeo y el diálogo en diferido. En nuestra retina se mantiene Depois do silêncio, de Christiane Jatahy. Los paralelos son múltiples en fondo y en forma. Y podría afirmar lo mismo en una y en otra. Se dan demasiados momentos de explicación de los hechos, de concreción sobre los antecedentes, de lanzarnos biografías y de contarnos su propio proceso de creación. Ahí el espectáculo se hace demasiado cercano, como una conferencia excesivamente didáctica, que me echa para atrás y que no me permite conectar alegóricamente con el clásico griego.
No obstante, el concepto que se ha pretendido desarrollar fragua con éxito en la vertebración de toda la performance, más allá de los altibajos reseñados. Incurre por otros vericuetos, es verdad, para dar cabida a las luchas de todos aquellos habitantes del Pará que siguen buscándose la vida con distintas ocupaciones de territorios sin explotar. Aunque luego retoma la historia. Esto es importante; porque el desparrame documental por la Amazonia y la recreación (in situ) de aquella masacre ocurrida el 17 de abril de 1996 en la Carretera Transamazónica, cuando la policía disparó contra unos manifestantes, para situarnos en la guerra tebana, también propicia una bifurcación argumental que distorsiona.
En cualquier caso, la función se apuntala con escenas de gran potencia. Frederico Araujo, un actor brasileño, con diferentes ascendientes en su cuerpo, se afana de manera descomunal en la rabia de la heroína y de los asesinados, de esas gentes del MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra). Una furia que levanta polvareda en la sencilla escenografía de Anton Lukas, donde las grandes pantallas que descienden (no me demoraré en criticar el grave fallo técnico al principio en el estreno. Son cosas que pasan). Después, Sara de Bosschere se mete en la piel de Creonte. Posee parlamentos con carácter, como cuando le explica a su hijo que su amada ha de morir. Pero estéticamente, ya sea por sus contextualizaciones del proyecto, ya por el uso del alemán frente al portugués; además, claro, del contraste físico frente a los oriundos, genera demasiado distanciamiento. Otro tanto ocurre con el Hemón de Arne de Tremerie, quizás un tanto blando, se lo observa como al acecho, circundando el suceso. Y es que en ese coro formado por los propios trabajadores se observan rostros de auténtico padecimiento. Y en el Tiresias de Ailton Krenak, este filósofo, subido al barco, resulta abrumador con su discurso, tan genuino. Consideramos la hermosura del final, con esas latas ardientes, la oscuridad con todo el pueblo reunido, Antígona muerta y su amado cometiendo suicidio, junto al clamor de la madre, Eurídice. Ahí la pieza se rehíla con ingenio y el público lo sabe agradecer.
Se acude, además, en esta propuesta, a esa religación que produce la música, sobre todo la percusión, y que nos remite a esos lugares, a los quilombos, donde terminan llegando nuestros intérpretes para evidenciarnos su apoyo a las luchas sociales, y encontrarse con Kay Sara, la joven indígena y activista, que cumple aquí con un protagonismo escurridizo, en cuanto que no quiere encarnarse en Antígona, anhela salir del plano y dedicarse solo a los suyos. Pablo Casella, como digo, pone su empeño con distintos instrumentos para cargar de ritmo la escena y cantar esos versos tan reivindicativos que escuchamos.
Milo Rau, en definitiva, nos expone unas visiones imbricadas y complejas. El drama como tal se resiente entre las proclamas políticas; pero esto no quita para que, como espectadores, podamos sentirnos compelidos con el acontecimiento general.
Texto: Milo Rau & ensemble
Reparto: Frederico Araujo, Pablo Casella, Sara de Bosschere y Arne de Tremerie
En pantalla: Kay Sara, Gracinha Donato, Célia Maracajà, Choir of militants of Movimento dos Trabalhadores Rurais sem Terra (MST), y como Tiresias, Ailton Krenak
Concepto y dirección: Milo Rau
Dramaturgia: Giacomo Bisordi
Colaboración en la dramaturgia: Douglas Estevam, Martha Kiss Perrone
Asistente en la dramaturgia: Kaatje De Geest, Carmen Hornbostel
Colaboración de concepto, investigación y dramaturgia: Eva-Maria Bertschy
Composición musical: Elia Rediger y Pablo Casella
Escenografía: Anton Lukas
Vestuario: Gabriela Cherubini, Jo De Visscher, Anton Lukas
Iluminación: Dennis Diels
Diseño de vídeo: Moritz von Dungern
Vídeo del making of: Fernando Nogari
Edición de vídeo: Joris Vertenten
Ayudante de dirección: Katelijne Laevens
Asistentes de dirección en prácticas: Chara Kasaraki, Lotte Mellaerts
Directores de producción: Klaas Lievens, Gabriela Gonçalves
Responsable de producción: Jack Do Santos
Director de producción técnica: Oliver Houttekiet
Stage manager: Marijn Vlaeminck
Técnicos: Max Grymonprez, Sander Michiels, Raf Willems
Creación de subtítulos: Liesbeth Standaert
Operadora de subtítulos: Katelijne Laevens
Construcción de escenografía y realización de vestuario: Workshops NTGENT
Producción: TGent
Coproducción: The International Institute of Political Murder (IIPM), Festival d’Avignon, Romaeuropa Festival, Factory International (Manchester), La Villette (Parijs), Tandem – Scène nationale (Arras Douai), Künstlerhaus Mousonturm (Frankfurt), Equinoxe Scène Nationale (Châteauroux) y Wiener Festwochen
En colaboración con: Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST)
Con el apoyo de: Goethe Institut Saõ Paulo, PRO-HELVETIA programme COINCIDENCIA – Kulturausch Schweiz – Südamerika y The Belgian Tax Shelter
Agradecimiento: Carolina Bufolin
Centro Conde Duque (Madrid)
Hasta el 24 de noviembre de 2023
Calificación: ♦♦♦
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