Algún día todo esto será tuyo

Una mirada estrafalaria sobre la historia de El Corte Inglés para cerrar la trilogía sobre las miserias ibéricas

Era del todo esperable esta última parte para cerrar la trilogía titulada: Crónicas ibéricas. Ahora ya podemos concluir que la panda del Club Caníbal ha elaborado un itinerario de humorismo castizo español tan original como apegado a una tradición que va desde Valle-Inclán hasta Berlanga y José Luis Cuerda, pasando por especímenes como Tip y Coll, los Hermanos Calatrava y, en los últimos tiempos, el grupo entorno a Joaquín Reyes y su Muchachada Nui. En definitiva, hipérboles desaforadas, motivos grotescos, ruralismo, surrealismo muy próximo al absurdo y un sin fin de remisiones patrias que satirizan una cultura muy tendente al tremendismo y a la autodestrucción. Es necesario señalar que la comedia con trasfondo crítico carece de fuerza en el teatro desde hace mucho y lo que hace esta gente resulta paradigmático y elocuente. En conjunto, si dejamos la navaja a un lado, es una construcción magnífica de desvergüenza oxigenante. Reconocerse en su burla y, a la vez, sentirse horrorizado de que algunos de tus compatriotas hayan tenido comportamientos tan ruines es toda una satisfacción. Que un país tan crítico consigo mismo y, a la vez, tan dado a la broma y al chiste instantáneo, esté viviendo un proceso de autocensura sobre el humor no diré que resulta chocante; pero sí demuestra, desde mi punto de vista, que ha llegado una generación (los menores de treinta años y Twitter como bola de nieve tienen mucho que ver) que ansía en su incapacidad para madurar y para soportar la dureza del presente (con una presión social asfixiante), una seguridad ganada a través de la venganza furiosa en forma de clic. Si la obra que nos compete terminara en YouTube, probablemente sería atacada antes por el chascarrillo que tiene a un gitano por protagonista que por los actuales dueños de El Corte Inglés (bastante lío interno tienen como para defender a uno de su padres fundadores). Algún día todo esto será tuyo escapa, de alguna manera, del leitmotiv que sustentaba los otros dos montajes, y que consistía en traslucir un caso de indiscutible bochorno: tirar una cabra del campanario (Desde aquí veo sucia la plaza) y fingir deficiencia mental con tal de ganar una medalla en las Paralimpiadas (Herederos del ocaso). Porque, desde luego, la vida de Ramón Areces, por mucho que estuviera falseada, no incide en igual forma en el engaño cutre; sino en esas reelaboraciones históricas de los «prohombres» necesitados de una épica que provoque la admiración de sus empleados. Y en este aspecto, es en lo que flojea un poco el espectáculo, ya que, aunque mínimamente, ciertos momentos valle bajan el tono estrafalario de la función (muy medida, eso sí, en duración). La biografía del que fuera tantos años presidente de El Corte Inglés y del que pensábamos que había sido fundador, comprador, emprendedor, visionario y no sé qué más, se desvela en su oscurantismo; cuando descubrimos que en realidad por detrás estuvo su tío César Rodríguez, el verdadero potentado proveniente de Cuba. Las ansias por encontrar la metáfora que mejor lo defina en su obituario, suponen el pistoletazo de salida a una concatenación de escenas que repasan los avatares de Areces hasta situar a El Corte Inglés ―según nos lo presentan―, como el auténtico vertebrador de España. Sin duda, ha sido un símbolo patrio durante muchísimo tiempo. Bastante antes de que se fletaran autobuses para visitar el Primark de Gran Vía, no faltaban excursiones de los provincianos de todas las partes del territorio en busca de esos grandes almacenes y sus escaleras mecánicas, y su Navidad luminosa y su primavera carente de alergias. Nuevamente la escritura de Chiqui Carabante, perfilada con gran originalidad, reduce a caricatura cada uno de los personajes. Se ensaña con Carmen Polo; y a Franco lo deja como a un adicto a los yogures de fresa (sin tropezones). En el plano humorístico, lo que funciona para dar cohesión general, desde mi punto de vista, son las demostraciones de lo que es un empleado y una empleada «corti». Toda una «ética del trabajo» que ha supuesto un emblema de servicialidad que el cliente ha valorado hasta el día de hoy. Porque aquí no se dejar títere con cabeza y para ello se cuenta con un elenco que es plenamente idóneo. Con Vito Sanz como gran protagonista, seguramente el actor español desde Tony Leblanc que mejor hace de «tonto». Su vis cómica ―como he insistido en otras ocasiones―, procede de una actitud en el escenario en plena confabulación con la naturalidad: gangoso, infantilizado e irracional hasta la exasperación (lo de bailar a ritmo de son cubano, ya es otro tema). A su lado, aquilatan el montaje Juan Vinuesa y Font García. El primero, encarnando tipos (y chicas) de los más diversos niveles socioeconómicos, potencia el expresionismo hasta la ridiculez para sostener instantes de potente histrionismo, inmoralidad (como soldado moro, por ejemplo); pero también con cierto aire entrañable en otros papeles (como madre del «héroe»). Y el segundo, apostando por una pizca de virulencia y despotismo o, directamente, como el esclavo que se rinde a los pies de su amo. Cuesta mucho imaginarse a otros actores llevando este texto a cabo. Su sintonía es una seña de identidad. Y, desde luego, Chiqui Carabante demuestra con esta trilogía que es alguien que se maneja excelentemente en ese humor inteligente que bebe, además, del costumbrismo. Afortunadamente aún funciona la sátira, la caricatura y la comedia crítica en un país que está perdiendo algo tan arraigado como reírse de uno mismo.

Algún día todo esto será tuyo

Dramaturgia y dirección: Chiqui Carabante

Reparto: Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa

Diseño de iluminación: Nerea Castresana

Música en directo y composición: Pablo Peña

Vestuario: Salvador Carabante

Escenografía: Walter Arias

Ayudante de dirección: Vanesa Espín

Diseño gráfico: Fratelli Moca – Jose Fernández

Producción: Club Canibal

Ayudantes de producción:  Silvia Rey – Sirai Life Priumph

Distribución: Susana Rubio

Teatro de La Abadía (Madrid)

Hasta el 23 de septiembre de 2018

Calificación: ♦♦♦

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