La lengua en pedazos, obra galardonada con el Premio Nacional de Literatura Dramática 2013, vuelve a los escenarios
El mejor texto de nuestro dramaturgo en boga, Juan Mayorga, es un diálogo entre un inquisidor y Teresa de Jesús (1515-1582). Podríamos considerar que es un monólogo de la Santa consigo misma o, incluso, que, en realidad, es una pura expresión vacía, un fracaso más, para aquellos que desean encontrar en las palabras una constatación de lo inefable. La mística, evidentemente, se mueve en la impotencia del lenguaje y en el misterio de la fe. Si el texto, inspirado en el Libro de la vida de Teresa de Jesús, parte de esa contradicción metafísica, metalingüística, de querer comunicar un tormento imposible, los dos actores se manifiestan en un vaivén de sensaciones, a veces en la contención, sobre todo, Clara Sanchis que, a través de una mirada perdida y creciente desesperación por su incapacidad argumentativa se deshace frente a ese hombre. Entre los pucheros se desplaza, dubitativa y contrita, pero, a la vez, henchida de verdad y bonhomía, entre sus propios pucheros de emoción. Ella sabe, ella ha experienciado, entre la falta de salud pronunciada por el ascetismo, un contacto elevado con Dios. Ella, que no puede ofrecer pruebas a través de la palabra, se trastabilla con su «lengua en pedazos». Es inútil intentar una aproximación, ni siquiera desde la poesía, ante tal hecho de carácter esotérico. Otras veces, observamos brutalidad e inquina enmascaradas con una labia halagadora en Daniel Albaladejo. Su interpretación, su forma de interactuar es tan minuciosa, tan ajustada al momento, que uno comprende la profundidad del texto de Mayorga no solo porque lo sea, sino porque esos actores lo están llevando a la altura que se merece en un equilibrio finísimo. El exceso de austeridad escénica en la Sala 2 del Fernán Gómez puede confundir al espectador, haciéndole creer que asiste a un ensayo. Las ropas de los personajes, Teresa de Ávila llevando pantalones y deportivas negras, no alcanza para ser una propuesta contemporánea, una modernización. Ello no impide que las emociones se vayan construyendo en un diálogo cínico cuando interviene el inquisidor, como si encarnara al mismo diablo que quiere desacreditar a la rebelde; y piadoso cuando es la reformadora carmelita la que afirma con rotundidad que habla con el mismo Dios. Al final, los libros que acompañan a Teresa de Jesús terminan por el suelo, símbolo de esa imposibilidad de trascender a través de la palabra, aunque sea con ella con quien más cerca de la experiencia mística nos podemos encontrar.
La lengua en pedazos
Autor: Juan Mayorga
Dirección: Juan Mayorga
Reparto: Clara Sanchis y Daniel Albaladejo
Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar
Iluminación: Miguel Ángel Camacho
Teatro Fernán Gómez (Madrid)
Hasta el 4 de mayo de 2014
Calificación: ♦♦♦♦
Texto publicado originalmente en El Pulso.
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