El tema del resentimiento concentra el meollo de un espectáculo firmado por Karina Garantivá en el Teatro Quique San Francisco

A mí la concepción del Teatro Urgente que proponen Ernesto Caballero y Karina Garantivá me parece altamente sugerente, porque se acoge a ideas que nos competen en la actualidad y que pueden discurrir a través de la filosofía para plantear un debate sobre las tablas. Así lo han hecho con En el lugar del otro, Hannah Arendt en tiempos de oscuridad y Voltaire. La cuestión es que no siempre la dramaturgia es acertada. Y creo que en este caso la propuesta está deslavazada y que le falta una concreción para que verdaderamente podamos aceptarla como un todo. Aquí se nos «vende» que el proyecto parte de dos libros que, en cierta medida, trabajan concepciones antagónicas sobre el tema del resentimiento: La genealogía de la moral, de Nietzsche y de El resentimiento en la moral, de Max Scheler (traducción difícilmente encontrable en las librerías). Sigue leyendo

¿Son los padres y las madres, y viceversa, y sin vice y sin versa, solos y solas, o acompañados, o agrupados o policonvexos y et alii del siglo XXI más gilipollas que los de cualquier otra época? La respuesta tajante y rotunda es que sí. Alcanzar el medio virtuoso aristotélico parece una tarea imposible. Atrincherarte con el sentido común frente a los embates del gran mercado de la estupidez es una batalla perdida. Por supuesto, estoy hablando de los patéticos aspirantes a burgueses. Los de más arriba (y más todavía) se pueden permitir la estulticia, pues su margen de error es tan amplio como amplias sus posibilidades de corrección.
La última vez que Voltaire «subió» a los escenarios fue de la mano de 
