Coriolano

Antonio Simón cuenta con un buen elenco para dirigir esta tragedia de Shakespeare en los Teatros del Canal

Coriolano – Foto de Jero Morales

Si a principio de temporada daba cuenta de la versión contemporánea ofrecida por Emilio del Valle, ahora llega la mirada más ajustada al original de Antonio Simón para trazar la biografía de héroe. Ambas propuestas dialogan, en cualquier caso, con nuestro presente. Es fácil encontrar líderes por doquier tan ambiciosos como nuestro protagonista rodeado de grupos igualmente pertinaces. Volvemos a encontrarnos, por lo tanto, con una función que sobresale, ante todo, porque el elenco está configurado por actores y actrices de gran solvencia. Creo que Roberto Enríquez es una estrella de la interpretación teatral que no está considerado como se debe. No hará ni unos meses cuando demostró sus habilidades en Los cuernos de don Friolera. Sigue leyendo

La Patética

Miguel del Arco trata el tema de la muerte a través de una comedia descabalada sobre un exitoso compositor en el Teatro Valle-Inclán

Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Presenta actualmente el Centro Dramático Nacional dos propuestas que, en cierta medida, van en paralelo. Ambas tratan sobre la muerte y las dos están rebosantes de comicidad. Las apariciones se representa en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero y esta que nos comete en el Teatro Valle-Inclán. Observando aquella, evidencio en la comparación, que si Miguel del Arco hubiera apostado todas sus cartas a la astracanada todavía habríamos hallado una diversión consistente; pero no tengo claro, aún, qué ha pretendido. Manejo varias referencias para aproximarme al asunto. Si, por ejemplo, recuerdo la versión cinematográfica que Morir, la novela corta de Arthur Schnitzler (que marca la trama), que realizó Fernando Franco en 2017, descubro una inmensa pesadumbre. Y este, creo, que es el problema. Sigue leyendo

El padre

El texto de Florian Zeller sobre la demencia de un anciano vuelve a cobrar vida gracias al montaje que protagoniza Josep Maria Pou en el Teatro Bellas Artes

El padre - FotoYa dio cuenta este mismo Teatro Bellas Artes de esta misma obra de Florian Zeller con Héctor Alterio como protagonista. Ahora la gracia está en que podemos disfrutar de dos montajes del dramaturgo francés en los teatros madrileños, pues Aitana Sánchez Gijón está comandando La madre en el Teatro Pavón (nos faltaría El hijo, para cerrar la trilogía). Además, la función que nos compete está mediada por el éxito que tuvo la versión cinematográfica con Anthony Hopkins a la cabeza. Sigue leyendo

La madre de Frankenstein

La adaptación de la novela de Almudena Grandes retrata España con gran subjetividad desde el interior de un siquiátrico. Blanca Portillo vuelve a brillar interpretando a la célebre asesina Aurora Rodríguez Carballeira

La madre de Frankenstein - Foto de Geraldine Leloutre
Foto de Geraldine Leloutre

Sigue funcionando excelentemente el tándem Ricart-Portaceli con las adaptaciones de novelas (véase La casa de los espíritus). En este caso, han superado con creces la obra de Almudena Grandes, pues sobre las tablas quedan difuminadas las cargantes explicaciones y reiteraciones, más propias de bestsellers, que emplea la autora. Tampoco se favorece en demasía que el espectador caiga en esa absurdez de aprender historia con la literatura.

Se cuenta cómo el hijo de un importante psiquiatra ajusticiado al finalizar la guerra regresa a España después de formarse en Suiza, y especializarse en un nuevo medicamento que devuelve parte del sentido a los enfermos mentales. Es el enfrentamiento, como ocurría en las «novelas de tesis» de Galdós, entre la visión humanística (Carlos Castilla del Pino fue aquí la inspiración) del hombre moderno y esa amalgama rancia del conservadurismo encerrado en sus oscuras creencias. Sigue leyendo

El cuidador

Una de las obras más complejas de Harold Pinter vuelve a los escenarios desde una perspectiva más límpida y simbólica

El cuidador - Foto de Javier NavalEsta obra ya se ha interpretado de múltiples maneras, casi tantas como Esperando a Godot, con la que tiene tantas concomitancias y que precisamente dirigió Antonio Simón hace un par de años también en el Teatro Bellas Artes. La cuestión es qué nos dice Pinter a nosotros hoy. Digamos, en primera instancia, que me parece un acierto —como han hecho otros traductores— acogerse a la traducción de El cuidador, para The Caretaker. Habitualmente se titula El portero, como aquella estupendísima versión que comandó Carles Alfaro en el Teatro de La Abadía en 2006 y que debe ser nuestra referencia. Digo que ‘cuidador’ está mejor, porque amplía las significancias a los tres protagonistas. Sigue leyendo

La casa de los espíritus

Carme Portaceli y Anna Maria Ricart ponen en marcha esta excelente adaptación de la novela de Isabel Allende en el Teatro Español

La casa de los espíritus - Foto de Jesús UgaldeEl tándem Portaceli-Ricart continúa su andadura con una nueva adaptación de una novela firmada por una mujer y de claro impulso feminista. Tras Mrs. Dalloway y Jane Eyre, con La casa de los espíritus han ido más allá y han apostado por un texto, que verdaderamente es difícil llevarlo a las tablas debido a su extensión y por esa cantidad enorme de personajes y de historias que se entreveran en tiempos y en múltiples circunstancias. Y, principalmente, porque es una novela muy narrativa; ya que contiene muy pocos diálogos, con lo que el lenguaje dramático queda más alejado. Sigue leyendo

Puertas abiertas

Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali protagonizan esta historia difusa de Emma Rivarola con el terrorismo islamista de fondo

Puertas abiertas - Foto de Joan Riedweg
Foto de Joan Riedweg

¿No están ustedes, teatreros de más o menos intensidad, hartos de que les vendan lo que no va a ser? Hace unos meses, en esta misma sala Margarita Xirgu del Español, ocurrió algo parecido con Siveria, pues lo que se anunciaba como una obra sobre la defensa de los derechos LGTBI+, luego el asunto quedaba de soslayo. Ahora, volvemos a la carga con Puertas abiertas, y lo que inicialmente puede llegar a ser un conflicto acerbo sobre el terrorismo islamista y sus «fundamentos», se convierte en un compendio de temas de aquí y de allá, que por falta de profundidad carecen de interés. Lo paradójico es tratar del miedo al otro, desde el miedo al espectador (que no a la crítica, porque esta a nadie le importa). Y cuidado, que ni siquiera creo que sea un miedo a su rechazo moral o intelectual, sino más bien a su aburrimiento. Cuando el 13 de noviembre de 2015 la sala de conciertos Bataclan, situada en el IX Distrito de París, se vio atacada por varios terroristas armados con kalashnikov, los cuales asesinaron a 90 espectadores (más todos aquellos ciudadanos que murieron en los alrededores también por disparos, hasta sumar en total las ciento treinta víctimas), surgió en Twitter el hashtag #portesouvertes (Puertas abiertas). Sigue leyendo

¡Nápoles millonaria!

En el Teatro Español se representa esta magnífica adaptación que Eduardo de Filippo escribió durante la segunda guerra mundial

Foto de Jesús Ugalde

En esta gran obra de Eduardo de Filippo está aunado gran parte de nuestro pasado europeo, ahora que los rumbos económicos son dirigidos por trileros más fantasmagóricos y aviesos, y que la expresión «fascista» es un esputo sin la significancia y la hondura precisa. Cada día olvidamos más de dónde venimos, de nuestras paces y de las luchas ganadas y perdidas en el olor de la sangre y de la destrucción. ¡Nápoles millonaria! se vertebra como una tragicomedia, tan agridulce como angustiosa, con dosis de hipocresía y de avestrucismo para negar la mayor, y posee moraleja y moralina, y lecciones ejemplares sobre la avaricia, la insolidaridad, el abuso y los sencillos mecanismos de un mercado tangible y escurridizo que pertenece a otra época, tan analógica como lógica. Posee también una ternura entreverada de una picaresca que percibimos mucho como nuestra. El estraperlo es un modo de supervivencia que surge una vez el estado marca los precios de los productos (bastante a la baja), como ocurrió igualmente en España durante los años cuarenta, cuando las fórmulas autárquicas propiciaban el mercado negro, mientras las cartillas de racionamiento no daban para lo mínimo.  Debió escribir esta obra a mediados de 1944, la publicó y la puso en escena al año siguiente, el 15 de marzo de 1945 en el Teatro di San Carlo de Nápoles. Incluida dentro de su colección Cantata dei Giorni dispari (esos días dispares o negativos), donde, aparte de la popular Filomena Marturano, también aparecen Questi fantasmi, dirigida por Oriol Broggi o Le voci di dentro, con Toni Servilo que hemos podido ver representadas en nuestros escenarios en grandes montajes en los últimos tiempos. Sigue leyendo

Siempreviva

Salva Bolta versiona el texto de Don DeLillo para desarrollar un montaje macilento lleno de luminosidades sobre un artista moribundo

Foto de Jesús Ugalde

Coinciden en la cartelera madrileña dos obras de calado y de forma muy distintos sobre la cuestión de la eutanasia. Rita y Siempreviva ofrecen tonos de desarrollo casi antagónicos. Podemos considerar a Don DeLillo como a uno de los mejores novelistas vivos de Estados Unidos, un tipo que maneja una narrativa de inmersión, de permanente detallismo y de profundización en las esencias de lo americano, desde una perspectiva decadente y acibarada, como se puede apreciar en su mejor novela, Submundo. Todas esas características están en Love-Lies-Bleeding (Sangre de amor engañado), bajo la versión y dirección de Salva Bolta, quien ha sabido untarle una asfixiante pátina de luminosidad crepuscular. Eso se comprueba no solo en la cadencia, algo morosa, como voy a detallar; sino en una escenografía, la de Paco Azorín, que conjuga varios aspectos, en apariencia, paradójicos. Primero afirmemos que simbólicamente es coherente con las pretensiones del protagonista. El gran cubo inclinado que se ubica en el centro nos remite igualmente a la obra de arte que está elaborando nuestro artista, experto en land art, es decir, horadar una estancia dentro de una montaña, algo así como lo que pretendió producir Chillida en Tindaya, ubicada en Fuerteventura y considerada sagrada por los aborígenes; como a una habitación de hospital, tan aséptica y, a la vez, tan pura como un sepulcro iluminado. Así lo refleja la línea de luz que nos anuncia la disolución oceánica. Por otra parte, la intervención que se produce con las esculturas que simulan cactos repartidos por un desierto rastrillado circularmente, es como una simulación baudrillardiana de la naturaleza. En definitiva, una metáfora del artista solitario y decaído, que se aproxima hacia la parálisis corporal. Todo compacta si lo analizamos detenidamente. Sigue leyendo