Filosofía mundana

Luis Luque lleva al escenario un ramillete de microensayos de Javier Gomá a través de un amable montaje

Foto de Geraldine Leloutre

Difícil es trasladar estos microensayos de Javier Gomá Lanzón. El autor, que en los últimos tiempos ha estado embarcado en distintos proyectos teatrales (Inconsolable, El peligro de las buenas costumbres,…), especula, crítica y se deja, incluso, llevar por la estupefacción cuando observa el devenir de sus compatriotas, allegados y demás gentes de nuestra sociedad. Aunque no se fija demasiado en personas que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes y que tienen, debido a ello, conductas y hábitos más controvertidos. Sigue leyendo

Pródigo

Eva Mir propone en el Matadero un conflicto paternofilial en el contexto de una empresa familiar

Foto de Mario Zamora

Últimamente, cada vez que se habla de magnates y su estirpe, de esas nuevas dinastías que van surgiendo en los distintos booms tecnológicos, alguien en la prensa compara su tejido malévolo con la serie Succession, la cual es un tanto rocambolesca. En ella también hay destrozos paternofiliales y luchas fraternales, además, claro, de aniquilaciones emocionales que llevan a la psicopatía. Tan lejos no llega Eva Mir, aunque se ajusta a un esquema habitual en la empresa familiar, más que en la propia parábola bíblica del hijo pródigo. Sigue leyendo

Historia del amor

La Agrupación Señor Serrano vuelve a trazar una performance epistemológicamente insuficiente en Nave 10 Matadero

Foto de Leafhopper

Cuanta más tecnología se reparte «democráticamente» entre la población más ingenuos me parecen estos espectáculos con cachivaches; aunque se empleen procedimientos altamente atractivos con inteligencia artificial para subsumir rostros y más rostros en directo, como aquello que tanto sorprendió en el «Black or White», de Michael Jackson allá por 1991. El morphing está al alcance de cualquiera. Y resultaría fantástico si estuviera al servicio del concepto. Hablamos del amor, como sucede en todas las obras de arte que no tratan de la muerte. Sigue leyendo

De Nao Albet y Marcel Borràs

Parodia autoficcional en el Matadero donde sus creadores especulan con su enemistad futura

Foto de Carlos Luque

Si esta obra sirviera para aniquilar la epidemia de autoficciones deberíamos considerarla altamente útil; aunque ya hemos comprobado que la pareja Delgado-Hierro y Chaves con Las apariciones se postulan como discípulos aventajados. En cierta medida, a pesar de la singularidad, no deja de ser esta propuesta otro episodio, menos magnánimo, de las parodias de género (mucho Tarantino) que ha acometido este dúo, como hemos observado en Mammon, Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach (ambas extraordinarias) o Falsestuff. La muerte de las musas. También han ofrecido algún ejercicio menos florido como Los esqueiters, y eso que únicamente me puedo referir a lo que ha visitado Madrid (sin señalar otros montajes donde han actuado por separado). Sigue leyendo

Mihura, el último comediógrafo

La vida del célebre dramaturgo se recrea en el Matadero con gran acierto en esta obra firmada por Adrián Perea

Foto de Jesús Ugalde

Presenta Adrián Perea una comedia seria, de largo recorrido, como un auténtico comediógrafo de hoy, como Alfredo Sanzol o Pablo Remón, que son los adalides del género, destinados a permanecer. Discurre fuera de las ínfulas juveniles tan inofensivas y quejosas como aquel Ahora que nos dejan hablar. Interesarse por la biografía de Miguel Mihura, indagar en los orígenes de su más célebre obra y dejar un fresco sobre la vida de los cómicos puede que hoy no resulte demasiado atrayente; pero es en esas investigaciones donde la magia de la creatividad surge de la manera más insospechada. Sigue leyendo

Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos

María Velasco dirige su propio poema escénico para discurrir sobre el amor en las Naves del Matadero

Foto de Jesús Ugalde

El díptico siempre es el mismo en la literatura: amor y muerte. De esta última se ocupó María Velasco en sus dos últimas propuestas: Harakiri y Primera sangre. Después de la resaca que punza en la ruptura amorosa, llega, como ocurre con el alcohol, un subidón de adrenalina que te lanza a la estratosfera eufórica para arramblar con todos los placeres. Mecanismo de defensa lógico que el propio organismo acomete pues la depresión sobrevuela. Aquí se pide un alienígena (un otro extravagante, un ser de otro planeta), que a mí me suena a aquello de Alaska con «Mi novio es un zombi»: «Es un muerto viviente / que volvió del otro mundo / para estar conmigo». Sigue leyendo

Las amargas lágrimas de Petra von Kant

Rakel Camacho no consigue engranar los diferentes elementos estéticos en esta adaptación de la obra de Fassbinder

Foto de Isa Saiz

Regresa a los escenarios Fassbinder, después de aquel aburridísimo proyecto de Dan Jemmett titulado Los gatos mueren como las personas. Rakel Camacho, quien ya demostró su talento dramatúrgico en esta misma sala del Matadero con Coronada y el toro (hace bien poco se puso al frente de El cuarto de atrás), pienso que esta vez no ha sabido conjugar todos los elementos que se ponen en juego en este montaje. Sigue leyendo

Nerium Park

Josep Maria Miró nos entrega un texto con tintes de thriller sicológico para abordar diferentes presiones sociales en una pareja de jóvenes

Había logrado la temporada anterior Josep Maria Miró una sustancia narratúrgica de gran potencia con El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar. Con Nerium Park vuelve a concitar elementos de thriller psicológico y cuitas morales que podemos conectar con su obra más sobresaliente, El principio de Arquímedes; pero también con La habitación blanca. Necesariamente hay que tener presente el ensayo La España de las piscinas (2021), de Jorge Dioni, donde describe a esos aspirantes a clase media que se van a los PAU a encerrarse en seguras y confortables urbanizaciones, donde crean un microcosmos acorde a su estatus. Sigue leyendo

A la fresca

El dramaturgo Pablo Rosal continúa su andadura sobre conceptos como la incomunicación y el cuestionamiento existencial

Foto de Paco Ureña

Pablo Rosal, insistiré una vez más, ha creado toda una estética, y una política, y una ética, diría, con sus planteamientos dramatúrgicos. Quizás, como ocurre en este caso, algunas de sus obras únicamente sirven como ejercicios, como ejemplos o teselas de un planteamiento superior que merece ser auscultado. Hablamos de una filosofía del asombro, del absurdo, de observar en las rendijas y en la sencillez de la vida. Sigue leyendo