La madre

Aitana Sánchez-Gijón realiza una interpretación asfixiante en este drama de Florian Zeller

La madre - Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

La impronta procede de la versión de El padre que se está realizando en el Teatro Bellas Artes. Aquella es la obra más célebre de Florian Zeller, sobre todo por la película encabezada por Anthony Hopkins. La madre también tuvo su relevancia, cuando la interpretó Isabelle Huppert. Y aunque esta obra de la trilogía, que se completa con El hijo, es la primera y data de 2010, ciertamente pienso que se inmiscuye en unos vericuetos psicológicos que resultan más interesantes. Principalmente a causa de que no se da tanto el enganche costumbrista. Es más, uno se mantiene en la duda, como si estuviera asistiendo a un thriller. Incluso algún espectador puede perder la paciencia; puesto que el padecimiento de la protagonista se lleva casi hasta el final. Sigue leyendo

Retorno al hogar

Daniel Veronese ha intervenido uno de los más célebres textos de Harold Pinter para dotarlo de gestos incongruentes

Retorno al hogar - Foto
Foto de Omar Antuña

Es Harold Pinter un dramaturgo que lleva ya un tiempo muy asentado en la escena española. En los últimos años no han parado de adaptarse sus textos (Tierra de nadie, El cuidador, El amante o Traición) y no han faltado buenos montajes (Invernadero). Este Retorno al hogar ya tuvo una oscura versión de Ferrán Madico en 2009. Los de Tribueñe realizaron la suya desde un punto de vistas altamente grotesco y efectivo. Nada parecido a lo que ha pretendido Daniel Veronese, quien ha tomado una serie de decisiones dramatúrgicas que han propiciado unas distorsiones innecesarias para un texto que ya tiene sus propias distorsiones internas. Ya desde el inicio, el adaptador ha incluido un chiste que trastoca el propio comienzo. Un tono de comedia a latigazos, a ratos, forzado por unas risas enlatadas que se cuelan de manera aleatoria en la mayoría de los casos tras la intervención de Sam, el hermano, el tío que también vive en esa casa familiar, el chófer, un Alfonso Lara que termina por ser más interesante; porque parece más críptico en sus alusiones tan tremendas. Ese efecto no solo es raro, sino incongruente. No viene a cuento. Luego, además, encontraremos otros efectos. Por ejemplo, el brevísimo baile ­—Rellán llega donde llega, en menudo lío lo han metido— enfocado con onirismo. Son detalles que entorpecen. Puesto que, en general, este montaje no fuerza la brusquedad o la vulgaridad que serían esperables. Esa levedad es la que engaña a los espectadores más despistados que, por momentos, se creen ante un drama de Tennessee Williams. Sigue leyendo

7 años

Los Teatros del Canal acogen esta batalla dialéctica entre cuatro socios de una empresa con el fin de eludir la cárcel

Foto de Sergio Parra

Si hace poco más de un mes Daniel Veronese adaptaba y dirigía la película Todas las mujeres, ahora dispone lo propio con otro film que, desde luego, pedía versión teatral: 7 años. Además, coincide en la cartelera madrileña con otro éxito cinematográfico que pasa a las tablas como es Perfectos desconocidos. Ambos montajes poseen indudables puntos en común, entre otros, su atractivo para un público más inclinado hacia el teatro comercial y sus mecanismos medidos puestos al servicio de diálogos ágiles y propiciatorios destinados a desbrozar las intimidades. Aquí el engranaje se pone en funcionamiento enseguida y la premisa es bien sencilla: los cuatro responsables de una empresa dedicada a vender software y otras soluciones informáticas están a punto de ser investigados por Hacienda. Por lo visto, han estado desviando pasta a unas cuentas opacas en Suiza y los han pillado. Se enfrentan a la pena que refleja el título del espectáculo y han decidido que se coma el marrón uno de ellos. Para dirimir tan compleja decisión van a echar mano de un mediador. Serán ochenta minutos sin el más mínimo altibajo. Sigue leyendo