Ifigenia

Silvia Zarco recoge toda una serie de tragedias clásicas para hablar de violencia contra las mujeres

Si hace unos pocos años Silvia Zarco nos entregaba su particular visión Las suplicantes, de manera similar, con rasgos morales de la contemporaneidad, ofrece esta Ifigenia, que es más un recorrido sobre diferentes feminicidios dentro del ciclo de la Orestiada (esta temporada hemos podido verla adaptada), que una obra original centrada en exclusiva en este personaje. Pues este es algo secundario y anecdótico en la tradición. Nada que ver con aquel éxito de Iphigenia en Vallecas. Muy diverso es el enfoque que se pretende dotar esta versión, pues la dramaturga establece unas posturas maniqueas sobre el trato terrible que se les da a una serie de jóvenes mujeres. Postura a la que estamos acostumbrados. Ocurrió igualmente con aquellas Troyanas, dirigidas por Ángeles González-Sinde (mejores que las de Conejero), que remitían a las tragedias de Séneca y Eurípides, respectivamente. Sigue leyendo

Los yugoslavos

Juan Mayorga continúa en el Teatro de La Abadía abordando el poder de las palabras en un drama de menos fuste que otros anteriores

Foto de Lucía Romero

Antes de recurrir a los temas recurrentes del propio Juan Mayorga, me viene a la cabeza La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera. Aunque sea porque hallo efluvios en algunas de las concepciones de aquel novelista. Puesto que quiero creer que nuestro dramaturgo nos exige ver más allá y que tenemos que desvelar ciertos códigos en el uso concreto de algunas expresiones y de algunos silencios. Los cuatro personajes que pasarán delante de nosotros ─y todos aquellos clientes como espíritus que, en gran medida, se refieren a seres que poblarán otras obras del autor: la gafas de nadar perdidas, que nos recuerdan a Intensamente azules o las referencias a María Luisa o el jugador de ajedrez que remite a Reikiavik─ se dividen en ángeles y en cuerpos «unidimensionales», como señalaba Marcuse, para hacer referencia a esas personas cosificadas, instrumentalizadas por la sociedad. Sigue leyendo

Las pequeñas mudanzas

Vanessa Espín plantea un diálogo con Tirso de Molina para trazar su propia autoficción en el Teatro de la Comedia

Foto de Sergio Parra

Desconozco si en las próximas temporadas, ya que se ha cambiado al equipo directivo de la institución, se va a mantener esta propuesta de «diálogo contemporáneo» con las obras clásicas. Porque no parece que haya el más mínimo criterio, y se usa para hablar de «lo mío» (otro ejemplo, muy similar, fue La fortaleza, de Lucía Carballal). Los autores auriseculares pretendían acogerse a valores pretendidamente universales, nuestras dramaturgas se pirran por la autoficción. Ya lo afirma la propia Vanessa Espín en su libreto nada más comenzar: «El que era director de esta casa me dijo que yo podía hacer lo que me saliera del coño» (puro romance asonante). Lluís Homar se lo debió comentar a nuestra directora, mientras ejercía de ayudante en El gran teatro del mundo. Ya está dicho, todo debe quedar en «casa» (la de todos, el INAEM). En cualquier caso, continuamos dramatúrgicamente con un tema que se han impuesto en las autoras de estos últimos años: la búsqueda del padre (otro ejemplo sería Casting Lear, de Andrea Jiménez). Sigue leyendo

Don Gil de las calzas verdes

El Teatro de la Comedia pone en marcha de nuevo a los jóvenes valores de la Compañía Nacional con esta briosa dirección de Sarah Kane

Foto de Mauro Testa

La obra que nos compete ha sido visitada y revisitada con mucha frecuencia en las últimas décadas y ha logrado recorrer en sus diversas adaptaciones gran parte del territorio español. Hasta el punto de que en estas mismas fechas Laura Ferrer dirige su propuesta en el Corral Cervantes. Puesto que ha sido altamente «exprimida», quizás merezca la pena observarla en relación a Valor, agravio y mujer, y, por lo tanto, podemos preguntarnos cómo se debe tomar un clásico en nuestros tiempos. Es decir, si este embrollo tan cargado de equívocos puede funcionar más allá del entretenimiento. Sigue leyendo

El gran teatro del mundo

Lluís Homar dirige una versión colorida de este auto sacramental de Calderón en el Teatro de la Comedia

El gran teatro del mundo - Foto de Sergio Parra
Foto de Sergio Parra

¿Qué hacemos con los autos sacramentales hoy en esta sociedad nuestra tan secularizada ya? Si les quitamos la fiesta y nos quedamos con el trasfondo, está claro que podemos encontrar una rica simbología y que podemos hallar remisiones fértiles; pero el didactismo que expele también posee un hálito de rancia catequesis. Fuera del Corpus Christi, de la iglesia, dentro de un teatro a la italiana, inmersos en la sociedad de consumo, aunque los valores propuestos sigan teniendo validez, por supuesto; sin vida religiosa, lo sacramental se desmenuza. Ya intentó darle Carlos Tuñón otro brío a la pieza de La vida es sueño y Xavier Albertí le dio ritmo de cabaret a El gran mercado del mundo. Ninguna de las dos me satisfizo. Sigue leyendo

Los amigos de ellos dos

Daniel Veronese dirige a Malena Alterio y David Lorente en esta dramedia sobre conflictos de pareja con ciertos tintes de absurdo

Los amigos de ellos dos - Foto de Sergio ParraPosee este espectáculo una contradictoria amalgama de sustancias dramáticas. Si me quedo con la experiencia directa, circunstancial, algo de tedio y de pretensiones consabidas surgen; porque el andamiaje discurre sobre el costumbrismo de nuestros días y las cuitas tan explotadas por la comedia (pequeño)burguesa que abarrota las salas comerciales. Si a eso le añadimos un discurrir moroso y, por momentos, insufrible; entonces, concluyo que es una obra más. Pero hete aquí que, una vez nos detenemos a recapacitar sobre lo acontecido, y apartamos todos esos aderezos humorísticos que, desde luego, divierten, podemos hallar rasgos de una pieza ingeniosa. Sigue leyendo

Nuestros actos ocultos

Una obra con aire de thriller firmada por Lautaro Perotti, que se representa en el Matadero con Carmen Machi de protagonista

Nuestros actos ocultos - Foto de Vanessa RabadeAunque Lautaro Perotti es uno de los firmantes en la adaptación de la novela Rabia, que hemos saboreado hace unos meses; lo cierto es que debemos comparar el espectáculo que nos compete con su obra Cronología de las bestias (2018). Vuelve el misterio, parte de ese elenco y, también, para nuestra desgracia, las explicaciones absolutamente innecesarias. Porque este es un criterio al que no renunciaré jamás. El dramaturgo (más el director, todavía) debe mostrar, no debe contar. Es decir, los personajes viven, se expresan de distintos modos, insinúan, lanzan sus rencillas, etcétera; pero no se dedican a destripar los conflictos para que el espectador reciba un argumento mascadito. No. El respetable debe involucrarse intelectual y emotivamente descubriendo causalidades dentro de una atmósfera. Sigue leyendo

Vuelan palomas

El género sermón le sirve a José Luis Gómez de excusa para vertebrar un montaje que traza un camino singular de la historia de España

Vuelan palomas - Foto de Sergio Parra
Foto de Sergio Parra

No son pocos los políticos contemporáneos que han recurrido a la ayuda de actores para mejorar su performance en los mítines o en las alocuciones en el Congreso. Viene de lejos que las técnicas expresivas de los intérpretes se pusieran al servicio del sermón, antes con ánimo evangelizador y con similar motivo; no obstante, con otro Evangelio. Que José Luis Gómez y Javier Huerta Calvo, uno, figura polifacética de nuestro teatro y, el otro, experto máxime de la materia, hayan elegido el arte de los sermones como concepto a desarrollar en escena hoy en día puede parecer una rareza; pero, en realidad, es un hecho de gran actualidad, pues estamos rodeados de púlpitos digitales donde no se para de admonizarnos. Sigue leyendo

Arder y no quemarse

El mismísimo Teatro Español es conmemorado en su 440º aniversario a través de un recorrido por sus grandes hitos en un espectáculo muy emotivo

Arder y no quemarse - Foto de Esmeralda Martín
Foto de Esmeralda Martín

Abarcar todo lo transcurrido en el espacio que hoy llamamos Teatro Español es harto imposible. Lo que sí tengo claro es que el estreno de Arder y no quemarse fue verdaderamente especial e irrepetible. A través de una docuficción, el elenco simula lo acontecido en incendio que se produjo el domingo 19 de octubre de 1975, mientras se estaba ensayando la obra 7000 gallinas y un camello, de Jesús Campos (uno de los asistentes a nuestra representación). Se introducen los reporteros de Televisión Española a indagar sobre las causas. Este, desde luego, no será el único de los estilos que se pondrán en marcha dentro de esta función. Sigue leyendo