Un tranvía llamado Deseo

David Serrano ofrece una correcta adaptación de este clásico de Tennessee Williams en el Teatro Español

Foto de Elena C. Graíno

Hubiera encajado estupendamente aquel proyecto titulado Tennessee, que se representó en la Sala Margarita Xirgu la temporada anterior (una atmósfera sobresaliente), para configurar uno de esos paralelos que últimamente se estilan. El último gran montaje sobre este clásico corrió a cargo de Mario Gas y es imposible no establecer lógicas comparaciones. Sin embargo, hasta llegar aquí hemos contemplado también La rosa tatuada y alguna versión de El zoo de cristal. Quizás la mayor pega de esta perspectiva de David Serrano esté en una matizada depuración de la violencia. Las sensaciones están más soterradas y el ambiente no es tan macilento como cabría esperar. En cualquier caso, me parece una puesta en escena correcta, sobre todo porque el elenco tiene un comportamiento muy consistente. Sigue leyendo

Nada

Obra de Carmen Laforet es adaptada con mucha consistencia dramática, a pesar de sus excesos narrativos, en el Teatro María Guerrero

Nada - Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Lleva Joan Yago unos cuantos años dejando su impronta en el teatro nacional con una insistencia preponderante de la narración; como ya comprobamos con Breve historia del ferrocarril español o, esta temporada, con su peculiar visión del Congreso de Viena en Le congrès ne marche pas. Ahora, con la adaptación de la novela que Carmen Laforet ambientó entre octubre de 1939 y febrero de 1940 se insiste en los procedimientos narrativos. Este hecho, que resulta, desde luego, coherente, supone un lastre para un espectáculo que se alarga más allá de las tres horas de manera innecesaria. Sigue leyendo

Y… Lo que el viento se llevó

Los avatares de cómo se produjo la célebre película se convierten en una comedia repleta de ritmo con Gonzalo de Castro a la cabeza

Y... Lo que el viento se llevó - FotoNada mejor que volver a devorar los entresijos del cine hollywoodiense para comprobar hasta qué punto se llevan perfilando esos productos no solo en busca de abundantes clientes, sino de votantes, de acólitos o de patriotas. Hoy, que vivimos en el paroxismo del algoritmo atomizador, aquello de cómo se pergeñó una de las películas más exitosas de la historia, nos parece pura artesanía; pero, desde luego, merece la pena auscultar las bambalinas, el atrezo y hasta los cambios azarosos. Sigue leyendo

Las dos en punto

Esther F. Carrodeguas firma el texto sobre las Marías de Santiago de Compostela para un montaje carente de significancia

Las dos en punto - Foto de Jesús Ugalde
Foto de Jesús Ugalde

Resulta conveniente replantearse desde qué punto de vista se ha enfocado esta leyenda; porque, una vez terminada la función, uno se queda pasmado con tal insignificancia. Debe ser que para comprender el asunto o para acercarse con algo de medida es necesario vivir en Santiago de Compostela, y sospecho que allí, como ocurre en muchas ciudades y pueblos con sus personajes extravagantes (salvando todas las distancias: los heavies de Gran Vía), quedarán los retazos de una leyenda deshilachada. En definitiva, uno se sienta en su butaca de la sala Fernando Arrabal del Matadero, la grande (al montaje le sobra espacio por todos los lados; porque, claramente, es una propuesta destinada a un espacio más recoleto o, todo lo contrario, la misma calle), y aparecen dos señoras peculiares a hablar de no se sabe qué y a los setenta minutos, uno se levanta y se pregunta, ¿y ahora qué hago yo con esto? Sigue leyendo

Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)

Una historia algo simplona para montar un cabaret con la brillante actuación de Jorge Usón y Carmen Barrantes

La compañía aragonesa Nueve de Nueve ha elegido para su nuevo proyecto a José Troncoso como dramaturgo y director. Se comprenden perfectamente los gustos de este grupo, pues continúa la línea estética que presentaron hace unas temporadas con La extinta poética. En aquella ocasión, fueron Eusebio Calonge y Paco de La Zaranda quienes estuvieron al frente del encargo. Si observamos los trabajos previos de Troncoso (Las princesas del Pacífico o Lo nunca visto), es fácil asumir la línea de continuidad. Por lo tanto, nos encontramos esta vez con las mismas influencias que se vienen reconociendo desde entonces. También con algunos vicios que forman parte de su estilo. Y es que nuevamente se nos estimula con guiños estrafalarios, esperpénticos, fantasiosos, grotescos, caricaturescos e irónicamente estereotípicos, que se recrean sin fin apartándose de un posible argumento y reduciendo la trama a un motivo esencial. Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban) es una obra con un solo concepto que pretende abundar en otras derivas; aunque no terminan de desarrollarse profundamente. Es, pienso, una función un tanto reiterativa en su relato y corta en su dimensión. Y todo ello por varios motivos. Seguramente el fundamental sea que sus personajes parten de una guiñolización excesiva. Son seres demasiado simples, autómatas que se engarzan en el engranaje de la cotidianidad, de la costumbre inapelable. Sigue leyendo

La extinta poética

Alegoría sobre la descomposición humana a través de una familia dominada por los ansiolíticos

La Extinta PoéticaEn una inversión de los papeles tradicionales, es la novia, inquieta y solitaria, quien espera al futuro esposo con su blanco vestido algo arrugado. Regresan Eusebio Calonge y Paco de La Zaranda, pero esta vez para movilizar o ser movilizados por la compañía Nueve de nueve, para presentarnos a una familia paradigma de la descomposición social de nuestros días. Como suele ser habitual en sus modos de trabajo, la falta de un argumento concreto propende a la abstracción de los personajes y, en este caso, se ha incidido de forma pesimista y caricaturesca en ciertos modos de vida, exagerados, desde mi punto de vista, y hasta estereotipados. Puesto que no es una familia concreta, sino el símbolo de una masa empastillada ─de hecho, así se presentan sus miembros, encerrados en el círculo vicioso de los efectos secundarios que son paliados por otras pastillas, y vuelta a empezar (no hay remedio definitivo)─ parece que el prisma desde el que se aproximan es el de la pura desolación, el de aceptar que esta sociedad nuestra es pura enfermedad, pura grosería de la que nada se puede esperar. Discurso bastante asentado en ciertos sectores culturales y sociales, principalmente de generaciones provectas, que parecen abrumados por la estética del espectáculo soez. Sigue leyendo

Como gustéis

El director italiano, Marco Carniti, nos ofrece una comedia shakesperiana repleta de canciones, sustentada por un elenco de altura

como-gusteis_01Al principio, cuando aparece una jaula para luchadores, ante un gigantesco Rothko, todo es poder, energía y hasta sobriedad escénica. También desde el principio, Beatriz Argüello, la grandísima protagonista, la excepcional y versátil actriz de la que disfrutamos hace unos meses en Kafka enamorado, se predispone a comandar, a dirigir el cotarro, a verbalizar cada estrofa de Shakespeare como si ella misma estuviera improvisando en estado de gracia. Luego, cuando desparecen las jaulas y comienzan los cánticos con el estilo propio de los musicales, con su batería, con su órgano, con su base electrónica, con el gorgorito retumbando por todo el Valle-Inclán, entonces, uno debe contradecir a su director porque no se puede considerar una «comedia con música para actores» a una sucesión casi constante de cancioncillas a lo Moulin Rouge que, excepto algunas interpretaciones a coro como ocurre al final, creo que se debe estar entrenado para apreciarlo en su justa medida. Sigue leyendo