El Teatro Fígaro vuelve a abrir sus puertas después de su reciente reforma para acoger la obra del juez Pedro González-Trevijano. Un diálogo respetuoso entre Adonay y Belial en pleno camino a Santiago de Compostela
Será inevitable intuir una moral particular en el trasfondo de este montaje, si viene firmado por un jurista, nuestro actual presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano. Plantea, en esta su primera obra teatral, un diálogo entre Adonay (Dios) y Belial (el Diablo), quienes se hacen compañía en el Camino de Santiago, durante el jubileo de 2020, o sea, en plena pandemia. Asunto tan imaginativo nos llevaría a inducir una disputa mucho más maniquea que la que se presenta. Aunque, según vamos avanzando en su devenir por la ciudad gallega, comprendemos —y este sería, a la postre, el auténtico fundamento y significado de esta propuesta— que ambos polos se necesitan.
El bien y el mal son el complemento pertinente para no caer en el nihilismo que habría venido a sustituir al Ser Supremo (y a su contraparte), a partir del Ateísmo, el Agnosticismo, el Relativismo y la Indiferencia. Unos avatares ausentes y sin desarrollo en un epílogo, que se concreta más en un emotivo retablo viviente, al ritmo del tema «Crimen», de Gustavo Cerati.
Texto completo en la revista cultural de El Mundo La Lectura
Texto: Pedro González-Trevijano
Director: Gabriel Olivares
Reparto: Javier Martín, Abraham Arenas, Raúl Peñalba, Paola Pozzo, Jesús Redondo, Violeta del Campo y Adrián Justel
Escenografía: Marta Guedán
Iluminación: Carlos Alzueta
Vestuario: Mario Pinilla
Diseño de sonido: Ricardo Rey
Diseño vídeo: Sergio Avargues y Daniel Esteban
Director de producción: Gaspar Soria
Teatro Fígaro (Madrid)
Hasta el 17 de septiembre de 2022
Calificación: ♦♦