Lucía Miranda adapta la novela juvenil de Carmen Martín Gaite en un espectáculo divertido; pero demasiado contemplativo

La temporada anterior la gente de La tristura «pretendió» acercarse al mundo de Carmen Martín Gaite con Así hablábamos. Hace tiempo, Nieve de Medina, en Carmiña, se había encarnado en la novelista. Ahora, ya adentrados en este 2025, cuando se cumplen cien años de su nacimiento, Lucía Miranda nos presenta Caperucita en Manhattan (luego vendrá El cuarto de atrás). La cuestión es: ¿cómo debemos aproximarnos a un cuentecillo juvenil? ¿Qué conclusión debemos sacar los adultos del meollo narrado? ¿Lo atenderíamos igual si no viniera firmado por una respetada escritora? Convengamos en que, como versión sui géneris del clásico, se aparta enormemente de su referente, no ya de Perrault, si no de la bestialidad de su tradición. Sigue leyendo




