Oriol Tarrasón presenta en el Teatro Fernán Gómez una visión sobre la tercera edad esperanzadora atravesada por la comedia

Si hace unas semanas Mario Gas se ponía al frente de un elenco septuagenario con Los secuestradores del lago Chiemsee, de Alberto Iglesias, ahora le toca Oriol Tarrasón acometer un desvelamiento de los tópicos sobre la tercera edad. Nadie podrá acusarlos ya de edadismo, que es otra más de las discriminaciones de nuestro mundo discriminante (y quejumbroso, claro); puesto que el protagonismo se lo llevan todo unos individuos que pretenden alargar su existencia como si la vigorosidad no decayera. Así ocurre que en Otra vida se anhela ofrecer un panorama antitópicos; para, a la postre, no profundizar en ninguno de ellos. Quizás esta moda de rejuvenecer a los ancianos embarcándolos en la multiaventura o en el acometimiento de aquellas actividades que nunca han realizado o que podrían continuar haciendo como si el cuerpo respondiera igual, no sea más que otro aldabonazo de la sociedad de consumo.
El dramaturgo ha escrito una obra un tanto precipitada en su planteamiento y en la definición de su heroína; porque Beatriz Carvajal, que es una señora enérgica que se presenta un día cualquiera en una residencia como si hubiera llegado a un balneario, viene tan predispuesta a reconducir su camino vital que uno ignora por qué, entonces, se ha dejado caer por ese lugar. Es decir, en el drama falta el revulsivo, al menos, para ella, quien parece tener claro por dónde conducirse. Pues, aunque su nombre es Marta, ha irrumpido exigiendo que la llamen Solange, que es tan «sofisticado» como el personaje de Genet en Las criadas, debo pensar. Enseguida se topa con Juan Gea, que saca su ironía y su humor negro desde su emisora de radio, para recordar sin penuria a los que van falleciendo, mientras pincha unos discos de lo más exquisitos. El personaje tiene bastante recorrido; puesto que se le ve inteligente y estoico frente a un fin inevitable para alguien como él que no renuncia a sus pitillos. Y claro que está algo apoltronado allí; pero lo asume con aquiescencia. Más distinto es el papel de Jesús Castejón, quejoso en su silla de ruedas, y a la espera de que su hijo lo saque de esa reclusión. Ambos comparten habitación y están a la gresca todo el día. Una vez se configura el trío, salen a colación los temas controvertidos. El primero de ellos: la eutanasia; pero cuando parecía que la obra podía deambular por el mismo argumento que la película La fiesta de despedida (2014), zanjan el asunto sin más. Se le da algo más de brío a la cuestión sexual con aquello de la masturbación (no es, desde luego, la Molly Bloom de Magüi Mira) y de la propuesta descabalada del ménage à trois. El contrapunto trágico, entre la amabilidad persistente y el humor amable e inofensivo, lo pone Beatriz Arjona, la joven enfermera, quien aumentará el ambiente de confort a pesar de una grave dolencia que padece. Ciertamente, el elenco resuelve con energía su cometido; pero se detecta cierto agolpamiento en los diálogos y algo de caos cuando intervienen con el bailoteo los figurantes. Parece que el director les ha dejado exceso de libertad.
Otra vida se suspende en una especie de inquietud por hacer algo, lo que sea; pero no se muestran las zozobras, las angustias, ni los pensamientos de más o menos profundidad que les hagan transformarse delante de nosotros para fantasear con una cuarta edad repleta de placeres. Ah, si queremos que la comedia tenga menos trascendencia todavía, viene con truco: nuestra querida Solange lo paga todo.
En cualquier caso, la factura del espectáculo es sugerente; porque la escenografía de Gabriel Carrascal es elegante y cálida, sobre todo por ese gran ventanal por el que vemos el metafórico jardín. De esta forma, el montaje se ajusta a lo que gran parte del público espera de una agradable comedia, es decir, que le entretenga. Quizás el autor apuntaba más alto; pero al final se ha rendido a la más común de las evidencias.
Texto y dirección: Oriol Tarrasón
Reparto: Beatriz Carvajal, Jesús Castejón, Juan Gea y Beatriz Arjona
Figurantes: Carmina Arcones, Pablo Benito, Pepe Blanes, Maribel Gandara, Maribel Guinea, Feli Leiva, Catalina Lozano, Ana Martín, Victoria Ortega, Teresa Prieto, Francisco Redondo, Gloria Retana y Mayte Ylera
Diseño de iluminación: Felipe Ramos
Escenografía y vestuario: Gabriel Carrascal
Ayudante de dirección: Xus de la Cruz
Ayudante de producción: Sara Brogueras
Producción ejecutiva: Elisa Fernández
Diseño de sonido: Jordi Agut
Ayudante de escenografía y vestuario: Reme Gómez-de la Insua
Dirección técnica: Fernando Díaz
Diseño gráfico: Javier Naval
Comunicación y giras: Pepa Rebollo
Dirección de producción: Miguel Cuerdo
Teatro Fernán Gómez (Madrid)
Hasta el 27 de marzo de 2022
Calificación: ♦♦
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