Ensimismada

Alfredo Sanzol se pone al frente de los Nuevos Dramáticos para discurrir por las cuitas mentales de una niña

Ensimismada - Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

En el 2021 se inició esta andadura Nuevos Dramáticos, donde se trabaja con niños y niñas de entre 8 y 10 años. Si en otras temporadas asistimos a Luna en Marte, Play! y Los columpios, ahora le toca al mismísimo director del CDN, Alfredo Sanzol, abordar una cuestión sicológica que aborda el «trastorno» actual de los adolescentes. Rápidamente observamos concomitancias con las exitosas películas Del revés 1 y 2. Esa incursión intracerebral de nuestra protagonista Ensi (mismada) que, como corresponde a su etapa de desarrollo, se debate entre la necesidad de evadirse para evitarse enfrentamientos y problemas o aceptar que las cosas no funcionan como una quiere. Retazos, fundamentalmente, de Alicia en el País de las Maravillas, donde algunos aspectos sobre lógica a través de adivinanzas nos ponen en esa tesitura.

Uno de los asuntos más controvertidas de este tipo de funciones es cómo debemos valorar la actuación de esa muchachada tan diversa. Pongamos, ante todo, la responsabilidad en su creador y en sus ayudantas. Pienso que es mejorable, a pesar de la inexperiencia y de la edad, la factura y la resolución tanto de las coreografías, como de algunas expresiones que no llegan a entenderse con claridad. El Centro Dramático Nacional no se puede permitir que sus productos parezcan eventos de fin de curso en un colegio, puesto que este espectáculo forma parte de su temporada oficial. Cuando uno acude a ver, por ejemplo, Los chicos del coro (sé que son algo mayores) espera un desarrollo profesional. Insisto, estos niños hacen lo que pueden y seguro que la labor desempeñada les ha resultado muy beneficiosa; pero si el proyecto busca más lo pedagógico que lo artístico quizá la propuesta debería quedar en eso.

En cualquier caso, el peso recae sobre adultos, sobre actores profesionales. Contamos con dos hermanas, a la susodicha protagonista, que interpreta Camila Viyuela, con una gracia juvenil, como una chiquilla grande, con esa sonrisa de bonachona que domina, se escurrirá por los vericuetos de su conciencia, por los laberintos de sus circunvoluciones cerebrales; mientras que la otra, Respon (sable), nos ofrecerá a una Cris Blanco más irónica y, a la vez, quejosa; porque debe ocuparse, como siempre, de la pequeña. Ella está cansada de que su vida se tenga que ajustar a las necesidades de la otra. Lo bueno, como suele ocurrir en estas fábulas destinadas a una moraleja congraciante, es que mediante ese esfuerzo comprenderá sentimientos que mantenía ocultos.

A partir de varias fases y retos iremos llegando como en un juego, al desenlace, al final de ese camino. Desde luego, no faltarán ─y esto es de lo más apreciable─ las ocurrencias de Sanzol, esa capacidad que tiene para desentrañar lo inverosímil, con bastante ingenio, por cierto. Transcurrirá esta odisea por la escenografía que ha ideado Blanca Añón y que parece inspirada en esos chiquiparks repletos de colchonetas, todo en fucsia, para que funcione estupendamente como espacio viscoso y, simultáneamente, como lugar para el «agolpamiento» y el escondrijo, para desvelar túneles secretos y otras posibilidades. Ya que, eso sí, el movimiento general de Amaya Galeote resulta muy convincente con esas entradas y salidas por las puertas de aquí y de allá propiciando diferentes sorpresas. Además, hallaremos otros personajes, como los interpretados por Jimmy Castro, ya cocinero o guía de aquel cavernoso territorio, con suficientes claves como para alcanzar el acierto. Hablando en femenino, por supuesto, porque son los tiempos que corren en esta moderna institución (habrán hecho aritmética gramatical, supongo). El actor se maneja con enorme confianza en relación con los muchachos, quizás recordando su época de Club Disney. En esa invitación, nos toparemos con juegos tan populares con el de las sillas. Podría ser una simpleza o una de las tretas de los psicólogos para sus dinámicas de grupos. Posee un giro muy divertido («A ti es lo que más te hizo reír, verdad, U?». «Sí, iban a cámara lenta»). Sí, efectivamente, las trampas se nos presentan ralentizadas y regresando al punto inicial, como si rebobinaran un vídeo.

Después, Carmen Escudero, como profesora muy estirada, se planta con ese arte para el cante y esa firmeza flamenca que posee. Asimismo, pulula por aquí y por allá en multitud de puestos y de roles para mejorar la unidad de la obra. Finalmente, Lourdes García se acomoda como uno de esos cancerberos que ponen acertijos para acceder a esa caverna de Ensi. Esta nos mostrará, de manera muy certera, que también el egoísmo es un reducto cómodo. Una despotilla descubrimos allí dentro en sus banquetes diarios con su comida favorita y su cumpleaños eterno. Oportunidad para que la chavalería baile vestida de frutas y otros alimentos.

Destaca, por otro lado, la música de pulsión sicodélica de Fernando Velázquez que va discurriendo por la función y que favorece toda esa extrañeza que nos deja perplejos. Además, algunas canciones resultan del todo pegadizas y animan el espectáculo para darle un verdadero aire juvenil. Por otra parte, el vestuario de Vanessa Actif fundamenta toda la fantasía y potencia la atmósfera de ensoñación.

Realmente Sanzol sí que ha logrado con el argumento un vaivén entre el mundo más infantil, egocéntrico y tontorrón, y ese sondeo de madurez de la preadolescencia; cuando uno evidencia ─no dejará de hacerlo─ que las apariencias engañan y que las emociones flotan a su rollo, más allá de la razón.

Ensimismada

Texto y dirección: Alfredo Sanzol

Reparto: Cris Blanco, Jimmy Castro, Carmen Escudero, Lourdes García, Camila Viyuela y los Nuevos Dramáticos (Aarón Arrazola Quispe, Abraham Arrazola Quispe, Gloria Bakare, Camila de Biasi Novoa, Marc Flix Sarasola, Angélica Hervella Guevara, Nicolás de Marcos Guisado, Denis Mitican, Daniela Molano, Gilda Polo Camacho, Viena Polo Camacho, Sofía Margarita Providel Bahamondes, Sofía Robles Blasnueva, Carlota Rodríguez García, Lola Rodríguez Pérez, Noa di Roma Barreto, Alma Salmerón Alcalá, Zoé Sánchez Almeida, Salomé Sánchez Moreno, Clara-Dorotea Sánchez-Cabezudo Lunden, Vera Silvestre Presa, Carlota Solana Hernández, Eloy Stingo Laiz y Guillermo Yagüe Noya)

Escenografía: Blanca Añón

Iluminación: Sergio Torres y Pedro Yagüe

Vestuario: Vanessa Actif

Música: Fernando Velázquez

Sonido: Pilar Calvo y Sandra Vicente

Movimiento: Amaya Galeote

Ayudante de dirección: Eva Carrera

Ayudante de escenografía y vestuario: Tania Tajadura

Ayudante de producción (Nuevos Dramáticos): Laura Iglesias

Diseño cartel: Emilio Lorente

Fotografía y tráiler: Bárbara Sánchez Palomero

Coordinación pedagógica: Lucía Miranda

Arteducador: Nacho Bilbao

Producción: Centro Dramático Nacional

Teatro Valle-Inclán (Madrid)

Hasta el 20 de diciembre de 2024

Calificación: ♦♦♦

U: ♦♦♦

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3 comentarios en “Ensimismada

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