Mireia Gabilondo da ritmo a una comedia tremendamente comercial de Markos Goikolea en El Pavón

Si en los últimos tiempos hemos podido disfrutar de algunas obras de carácter comercial con una cierta enjundia de fondo, estoy pensando, por ejemplo, en Una terapia integral y, recientemente, en El favor. También hay que reconocer que existen demasiados de estos productos decantados con totalitarismo por atiborrar el libreto de chistes y estupideces a cada segundo para atenazar al respetable. Valen, es sencillo percibirlo, para entretener; pero raramente dejarán algún poso, que es lo mínimo que se le puede exigir a una función teatral. Mireia Gabilondo (pluriempleada del año) se sitúa al frente de una propuesta que, curiosamente, tiene alguna concomitancia con su propia obra Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?, pues la protagonista, además, se «enmascara» en un trastorno sicológico (hasta el punto de que Aitziber Garmendia interpretó aquella y esta). Sigue leyendo
No sé si esta obra de Patxo Telleria, a quien recordamos por su exitoso 
Para empezar, digamos que Del color de la leche funciona mejor en su puesta en escena que como novela. Esta se ha convertido en casi un bestseller. No me extraña, ya que no solo es breve, sino que está escrita por Nell Leyshon con un artificio que favorece la lectura y que, incluso, podría recomendarse a los adolescentes. Porque entendamos que la verosimilitud es más que cuestionable. Una quinceañera que acaba de aprender a leer y a escribir no solo es capaz de narrar su historia de una manera legible y correcta (pocos errores sintácticos u ortográficos, amén de un vocabulario variado aceptable), sino que llega a usar metáforas (el mismo título referido a su pelo) y otras figuras retóricas que raramente se le pasarían por la cabeza. 

