José Carlos Plaza ha elegido unos intérpretes que no llegan a compenetrarse totalmente en este clásico contemporáneo de Sanchis Sinisterra

Volver una vez más sobre este clásico del teatro contemporáneo implica poner en marcha a una pareja de intérpretes que nos atraiga por su simbiosis. Puesto que en nuestro imaginario rápidamente nos vienen a la cabeza Verónica Forqué y José Luis Gómez, también Santiago Ramos. O Elisa Matilla, quien hace pocos años remarcó muy bien el salero idóneo, más apegado al folclore andaluz, y Jacobo Dicenta, que tiene su porte. Aunque la mayoría de espectadores se fijará en la película, con Carmen Maura —quien la recordaba con fervor durante los últimos Premios Goya— y Andrés Pajares. Sigue leyendo
Que conozcamos de sobra el desenlace, no quita para que la batalla dialéctica nos dé un impresionante morbo. El resto de personajes pueden quedar en la sombra y en silencio. Los avatares bélicos propician el movimiento de las piezas en la partida erótica, y el erotismo es una máscara aviesa por sujetar un poder muy quebradizo. ¿Quién hace más teatro? ¿Cleopatra o Marco Antonio? Nuestra mirada romántica nos hace crédulos ante tales arrumacos en los primeros instantes; pero ahí se dirime mucho más. En concreto, la supervivencia política. La reina de Egipto había hecho lo propio con Julio César y ahora no tendría inconveniente en volver a «venderse» a otro romano. 


