Es peligroso asomarse al exterior

Esta comedia burguesa de Enrique Jardiel Poncela apenas representada revive en el Teatro Español con la dirección de Pilar Massa

Es peligroso asomarse al exterior - Foto de Vanessa Rabade
Foto de Vanessa Rabade

No ha tenido revisión prácticamente esta obra desde que se estrenó en 1942, con gran éxito, por cierto, en el Teatro de la Comedia, con la que alcanzó las ciento veintitrés representaciones. Versión cómica de Marcela o ¿a cuál de los tres?, de Bretón de los Herreros. Por lo visto, el dramaturgo tenía la intención (osadía, pienso) de ajustarse a los principios de Schopenhauer en El mundo como voluntad y representación, por aquello, se supone, de que «nadie es como es: cada cual es como lo ven los demás». Es peligroso asomarse al exterior (como podía leerse en los vagones de tren) se presenta con unas premisas iniciales más que sugerentes; aunque, como veremos, todo se desbarata como en aquellas cintas de los hermanos Marx, cuando la pelea y el tumulto desembocaban en el caos. Sigue leyendo

Amaeru

Carolina Román plantea en este drama una búsqueda a través del ejemplo de su propia familia, de lo que supone el cariño dado y necesitado. Sus dos intérpretes realizan una labor cuidadosa en los Teatros del Canal.

TEATRO por el Fotografo Pablo Lorente
Foto de Pablo Lorente

Tras más de una hora de función, uno llega a pensar que la nueva propuesta de Carolina Román ha caído en el artefacto kitsch o que directamente se ha confiado a un costumbrismo que, quizás, a ella le conmueva; puesto que es su familia quien la ha inspirado. No obstante, el público actual puede sentir que el tema es demasiado naíf.

Ocurre, sin embargo, que en el final (no puedo revelar demasiado) se da tal cambio en la perspectiva que debemos adoptar, que el espectador tendrá que optar por tomarlo como otro incongruente desenlace al estilo de Los Serrano o como una deriva futurista a lo Desafío total o el capítulo 3 de la primera temporada de Black Mirror. Ese epílogo —no me tengo más remedio que insistir— quiero tomármelo como una revitalización de una obra que, en su contenido principal, redunda en los clichés de un teatro de costumbres que me queda muy lejano.

La forma de reflejar la rutinaria vida familiar nos conecta con otras obras de la dramaturga como Adentro; aunque, si es por el juego de travestismo, nos induce a recordar la exitosa Juguetes rotos. Pero, ahora, pienso que se han dado unos pasos atrás. Ya que, por mucho que se quieran imbricar varias capas, observar cómo intentan representar hasta tres veces las escenas de una telenovela resulta poco pertinente y hace que asuntos de mayor calado no permeen. Sigue leyendo

El cíclope y otras rarezas de amor

Ignasi Vidal firma este enredo coral y algo naíf sobre las relaciones de individuos en crisis

Foto de David Ruiz

El buen sabor de boca que nos dejó El plan era razón suficiente para esperar un texto bien trabado en la nueva obra de Ignasi Vidal. Pero la decepción llega enseguida, porque el lenguaje que emplean sus personajes es, por una parte, manido y, por otra, inverosímil. Se le quiere dar a la función ese aire cinematográfico propio de las comedias románticas americanas que nos llevan atufando durante todas estas décadas, y que juega al encaje de diversas historias en un panorama coral. Ya se sabe, hay que hacer coincidir a unos con otros para que dé la impresión de que el mundo es un pañuelo, un microcosmos lleno de magia y encanto. Así nos encontramos con una decena de piezas, de situaciones concretas que se van cerrando para dar paso a otras hasta que se configura el tejido circular. Sigue leyendo

Hamlet

Israel Elejalde hace un virtuoso príncipe de Dinamarca con giros estupefacientes

Foto de Ceferino López
Foto de Ceferino López

Una cama y el sueño se citan en duelo hasta que se transforman en fosa y realidad. El preámbulo a la duda metódica cartesiana y el descubrimiento de la ensoñación calderoniana que hoy contribuyen a que la obra literariamente más rica de Shakespeare se observe en toda su dimensión. Miguel del Arco se ha esforzado en crear un ambiente estrictamente onírico desde el principio, que alcanza mediante proyecciones un tanto psicodélicas sobre las cortinas que nos separan de algunas acciones nubladas. ¿Es locura el fingimiento de Hamlet o es la cuna balanceada por Morfeo la que mece el devenir del príncipe herido en su orgullo y en su honor? Sigue leyendo

El veneno del teatro

El veneno del teatro plantea hasta qué punto un actor puede lograr una interpretación «auténtica» a través de un personaje

El veneno del teatroEn apenas una hora se resuelve una lucha entre la verdad y la ficción con dos hombres entregados en su quehacer. El veneno del teatro, escrita por Rodolf Sirera allá por 1978 y dirigida por Mario Gas, plantea hasta qué punto puede lograr una «auténtica» interpretación un actor a través de un personaje. Es lo que se propone Miguel Ángel Solá dando vida a un excéntrico aristócrata cuando invita a un gran intérprete (Daniel Freire) a su palacio. Así, en el escenario, se da cabida a un vaivén dialéctico que va del metateatro pirandelliano con un mayordomo que golpea primero, al diálogo platónico pasando por las elucubraciones malvadas de un experimentador radical. Todo ello aderezado con unos vinos dulces que van perfilando la veritasSigue leyendo