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Adrián Lastra se pone al frente de esta docuficción sobre el peligro de las redes en nuestro mundo contemporáneo

Privacidad - FotoTodo va tan rápido que esta obra no es que nazca vieja —tampoco hay que pasarse—; pero antes de tomártela con precaución o, incluso, con temor; uno prefiere aceptarla con gracia. Da la impresión de estamos esperando a que ocurra verdaderamente algo catastrófico para que nos tomemos en serio —que le exijamos a nuestros legisladores que dejen de ir con la lengua fuera y se pongan las pilas, si es que todavía no están corrompidos por la venalidad— la potente tecnología que se ha puesto en nuestras manos y en nuestra memoria. Quizás cuando llegue el gran apagón o cuando nos hagan el tocomocho en algunas elecciones o cuando nuestros hijos se vuelvan definitivamente imbéciles (alguna generación ya está perdida. Eso está claro). Sigue leyendo

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Ricardo III

Miguel del Arco y Antonio Rojano versionan el clásico shakesperiano con una propuesta sugerente y algo populachera

Foto de Vanessa Rábade

Resulta muy recurrente acudir en nuestra época a los prototipos de aquellos reyes o mandatarios que demostraron ciertas dosis de psicopatía en su carácter; para realizar la comparativa con líderes de nuestro mundo contemporáneo que parecen adoptar un lenguaje y unos modos que nos hacen dudar de su cordura (llámese Trump o Boris Johnson o Maduro). Volvemos de nuevo sobre la cuestión de si existe el mal en las personas mentalmente sanas. La biología, la costumbre, la cultura y la enfermedad son aristas para una respuesta compleja. Regresamos, entonces, al clásico de Shakespeare, Ricardo III (debemos recordar que las relativamente recientes adaptaciones de Carlos Martín y Sanchis Sinisterra, y la de Yolanda Pallín). De este drama podríamos quedarnos con su protagonista y ya tendríamos la obra entera para dirimir las cuitas del poder; porque es quizás la obra del dramaturgo inglés, donde la figura principal se queda sin contrarréplica eficiente. Y más vale que cada uno haya hecho un poco los deberes antes de asistir, porque si no los árboles genealógicos de las dos rosas se le van a volver enredaderas. Y es que la escoliosis del pobre Ricardo da para encabronarse con sus rivales; pero más consigo mismo por sentir el permanente rechazo de las mujeres de la corte. Ya se sabe de la hermosura de los viejos ricos; así que nada mejor que embellecerse con la corona real para percibir el «cariño» de las damas. En el plano emocional y psicológico se puede relacionar más con el Joker de Joaquin Phoenix (que hayan coincidido ambas obras generará concomitancias), que con otros ínclitos personajes que tengamos más a mano. Sigue leyendo

Los días de la nieve

Semblanza sobre Miguel Hernández a través del sentido relato de su viuda, Josefina Manresa

Los días de la nieve - FotoVuelve Alberto Conejero a inmiscuirse en uno de esos poetas mitificados en nuestra historia, verdaderos fetiches, como el Lorca que evocó en La piedra oscura. Ahora es Miguel Hernández —olvidemos esa etiqueta inadecuada del «poeta pastor»— a quien se aproxima de la mano de su mujer, Josefina Manresa (Quesada, Jaén, 1916-Elche, 1987), la responsable de recopilar todo el legado de uno de nuestros mejores escritores. También regresa el estilo lírico del dramaturgo, esas pinceladas que van creando un ambiente que alegoriza una vida, una época. Porque el discurso de la viuda está tonificado por una pátina grácil, bonachona y sonora. Las palabras se insertan en versos, escuchamos estrofas; la rima se suspende en el aire y eso, una de dos, o nos saca de la situación por inverosímil o nos fuerza a que aceptemos imaginariamente una construcción literaria que se apoya en el recuerdo firme; pero, además, quebrado por los años para reconstruirlo mucho después. Sigue leyendo

El plan

Ignasi Vidal escribe y dirige esta premiada historia sobre tres desempleados el día que cambiará sus vidas

el-plan-fotoEntre los principios que debe cumplir un texto literario que aspire internamente a la verosimilitud está la coherencia. El plan, la obra escrita por Ignasi Vidal, posee muchas virtudes que luego detallaré, pero contiene, también, un pecado que lo rebaja del sobresaliente al notable. En concreto, la incoherencia radica fundamentalmente en el hiato que se establece entre el propio devenir de la función y el desenlace; donde se revela un hecho que, sin exponerlo aquí, sería creíble si el personaje responsable de tal impacto hubiera ofrecido un perfil que se pudiera denominar humano, incluso, en sus versiones más psicopáticas. Otro aspecto que redunda en la falta de verosimilitud es el hecho de que se quieran concentrar en una misma mañana de un día cualquiera ─pareciera que la imposición de las tres unidades sigue vigente─ acontecimientos trascendentales a cada uno de los personajes. Ellos, una terna de parados, antiguos compañeros de una fábrica que echó el cierre y que cuentan con una amistad de más de quince años, se reúnen habitualmente y hoy tienen un plan con otros colegas. Sigue leyendo