El desconocido

Laura Garmo traslada la adaptación de esta novela de Carmen Kurtz sobre la desconexión amorosa de una pareja en los años cincuenta

Foto de Javier Naval

La novela de Carmen Kurtz (1911-1999), El desconocido, con la que consiguió el Premio Planeta en 1956 (entonces todavía guardaba prestigio), posee modernidad tanto en la forma como en el contenido. El fragmentarismo, las analepsis o el atisbo del monólogo interior benefician a un argumento que bebe temáticamente de aquel tedium vitae que padecieron Emma Bovary o Ana Ozores; pero que se introduce en las complejidades de los años cincuenta en España. A ello se le añaden las citas de la Odisea, pues el referente de Penélope esperando el regreso de Ulises ofrecen un paralelo estimable. Sigue leyendo

Orlando

Marta Pazos entrega un espectáculo repleto de fantasía y esteticismo en el Teatro María Guerrero sobre la novela de Virginia Woolf


Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Desde luego, la conceptualización que encierra el Orlando de Virginia Woolf ha servido para que muchos, muchas y, sobre todo, muches hayan encontrado la novela promisoria de la pretendida queerización de nuestra esquizofrenia actual. Afortunadamente debemos juzgar y complacernos con lo que ocurre sobre las tablas. Vaya por delante que pienso que Marta Pazos ha ofrecido su mejor montaje. Sigue leyendo

Ensimismada

Alfredo Sanzol se pone al frente de los Nuevos Dramáticos para discurrir por las cuitas mentales de una niña

Ensimismada - Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

En el 2021 se inició esta andadura Nuevos Dramáticos, donde se trabaja con niños y niñas de entre 8 y 10 años. Si en otras temporadas asistimos a Luna en Marte, Play! y Los columpios, ahora le toca al mismísimo director del CDN, Alfredo Sanzol, abordar una cuestión sicológica que aborda el «trastorno» actual de los adolescentes. Rápidamente observamos concomitancias con las exitosas películas Del revés 1 y 2. Esa incursión intracerebral de nuestra protagonista Ensi (mismada) que, como corresponde a su etapa de desarrollo, se debate entre la necesidad de evadirse para evitarse enfrentamientos y problemas o aceptar que las cosas no funcionan como una quiere. Retazos, fundamentalmente, de Alicia en el País de las Maravillas, donde algunos aspectos sobre lógica a través de adivinanzas nos ponen en esa tesitura. Sigue leyendo

Primera sangre

María Velasco completa su díptico sobre la muerte en el Teatro Valle-Inclán para destinarnos a un tenebroso mundo infantil

Primera sangre - Foto de Luz SoriaBajo el título general Los muertos no respetan el descanso, María Velasco publicó en la editorial La Uña Rota las obras Harakiri, de la que pudimos contemplar su representación el año anterior, y Primera sangre, que ahora ocupa la misma Sala Francisco Nieva en el Teatro Valle-Inclán. Ciertamente el tema de la muerte inesperada vuelve a desarrollarse; pero también la falta de cohesión regresa como máxima pega a otro de esos espectáculos de la artista, donde mete demasiados elementos para no terminar de elaborar un hilo conductor, un argumentario más sólido, una, si se quiere, evolución dramática. Sigue leyendo

La casa de Bernarda Alba

Aires juveniles para esta versión dirigida por Alfredo Sanzol en el Centro Dramático Nacional

La casa de Bernarda Alba - Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Cuanto más se aproximan estéticamente las puestas en escena de La casa de Bernarda Alba más elocuencia pierden, más se quiebra su verosimilitud, más se deshilachan los símbolos. Ahora, si lo que se pretende una y otra vez, de manera torticera e inconsistente antropológicamente es insistir en que el patriarcado continúa entre nosotros, en España; entonces, cualquier erre que erre servirá para que todos aquellos que necesitan alimentar su sesgo de confirmación se queden a gusto. Recordemos que patriarcado no es sinónimo de machismo; sino, precisamente, lo que ocurre dentro de ese hogar comandado por una dictadora. Sigue leyendo

Qué pasó con Michael Jackson

La Sala Cuarta Pared acoge esta indagación satírica sobre la popularidad en la época de las redes sociales

El paralelismo que han establecido los de La Teta Calva resulta macabro; pero, en realidad, es tan patético como el infantilismo que arrastra parte de la nueva generación: surfeadora en las redes sociales y ahogada por las incesantes olas de lo novedoso. Comparar el éxito y la muerte de Michael Jackson —el indiscutible rey del pop—, con el ascenso «fulgurante» y la caída intrascendente de una influencer, es un planteamiento muy sugerente. Ser influencer de la nada es el colmo del nihilismo y la risotada estentórea de Mefistófeles. Sigue leyendo