El pabellón número 6

Adaptación de la novela corta de Chéjov, donde se cuestionan trágicamente los objetivos de los manicomios rusos

Gromov_AndreiAl principio, el doctor Andrei Efimich Ranguin se lamenta, mientras ingiere un poco de vodka, por su situación en aquella ciudad de provincias a la que ha sido destinado. Apenas puede conversar con nadie que aprecie el mundo del conocimiento humanístico. Un día encuentra en el pabellón nº 6, uno de esos espacios inhóspitos dentro de esas instituciones hospitalarias ya de por sí cochambrosas de finales del XIX en la Rusia imperial, a un enfermo recluido ahí por padecer de manía persecutoria. Es Ivan Dimitrich Gromov, un joven treintañero que en otro tiempo había desempeñado los trabajos de maestro y secretario provincial, alguien con suficientes lecturas en su haber como para mantener una conversación persuasiva con el doctor. Moseika, otro interno, el único que tiene permiso para corretear por donde quiera y salir fuera, también nos acompañará, mientras debemos imaginarnos la presencia beoda de Nikita, un guardián insolente.El pabellón número 6 es una novela corta que Antón Chéjov escribió en 1892 y Álex Rojo, a quien conocíamos de su anterior obra, Desde brotes secos, la ha adaptado de tal forma que podemos vislumbrar todo el proceso dialéctico por el cual dos personajes, en principio antagónicos, giran en torno a la cuestión de la locura. Anticipa el texto aspectos que Foucault tratará como avidez y que hoy en día nos acometen. ¿Hasta qué punto la extensión de la paranoia social que va vertebrando a las poblaciones urbanas sometidas por la hiperconexión y la vigilancia perpetua de unos frente a otros puede convertir en locos-cuerdos a todos aquellos que intentan escapar de ese ritmo mefistofélico? En escena podemos ver muy bien cómo el personaje del doctor, que interpreta Iñaki Bodegaray con la displicencia necesaria, pero, a la vez, motivado por las respuestas de su paciente, expone con crudeza su defensa del estoicismo. Mientras que Álex Rojo, en el papel de Gromov, a través de discursos que van in crescendo en el tono, se acoge al nihilismo desalentador de alguien que ha perdido la esperanza. El tercero, que no en discordia, es llevado con desamparo profundo, dolor y enajenación por Alberto Romero. Moseika vive más allá del bien y del mal, recluso y libre, pero destinado a no regresar al mundo donde los humanos ya no se cuestionan cuánto ocupa la sinrazón y hasta qué punto debe dar respuesta la ética. Hay que reconocer que la función, un tanto breve, nos hace cobrar interés enseguida. Sus diálogos son proteicos y la acción transcurre con un buen ritmo. Pero se echa en falta cierto cuidado escenográfico, como por ejemplo el deambular del doctor de su casa al pabellón bajo la lluvia (unas veces suena, otras no), cuando el trayecto es ridículamente corto; parece innecesario. El estatismo funciona muy adecuadamente, si tenemos en cuenta que se dispone de un escenario de reducidas dimensiones. Por contra, al situar tres camas (premonitorias) tan juntas, provoca que sus discusiones requieran encontrar huecos inexistentes para que ellos se puedan desplazar. En definitiva, el reparto del espacio me ha parecido un tanto desequilibrado. Lo que no se puede poner en cuestión es que resulta del todo pertinente ahondar en un texto filosóficamente muy potente, además de recoger unos personajes que tanto recorrido han llegado a tener durante todo el siglo XX, ya como reconversión en lobo estepario o como angustiados kafkianos o, incluso, como un soldado en un desierto, dicen, repleto de tártaros. Son múltiples los ejemplos y en esta función, de forma retrospectiva, los podemos reconocer, mientras nos negamos a declarar abiertamente nuestra inquietante manía persecutoria.

El pabellón número 6

Autor: Anton Chéjov

Adaptación: Álex Rojo

Dirección: Mariana Kmaid Levy

Reparto: Alberto Romero, Álex Rojo e Iñaki Bodegaray

Espacio escénico: Alberto Romero

Iluminación: David Pericacho

Música y efectos sonoros: Álex Rojo

Vestuario: Alberto Romero

Diseño: Mariana Kmaid Levy

Producción: Aidós Teatro

Teatro Tribueñe (Madrid)

Hasta el 18 de marzo de 2016 (los viernes)

Calificación: ♦♦♦

Texto publicado originalmente en El Pulso.

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3 comentarios en “El pabellón número 6

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