Jack el Destripador (Afectuosamente suyo)

La metaficción reverbera en el Teatro Español con otro texto de Ignacio García May, quien aprovecha el caso del célebre criminal para crear un drama-cabaret

Ignacio García May se apodera del Español con dos obras que se relacionan entre sí. Esencia en la sala grande y esta, Afectuosamente suyo, en la Sala Andrea D´Odorico forman parte de su Teatro de la conspiración. Fundamentalmente apoyadas en exprimir la ficción como juego que interpela a la realidad, que anhela superar el acontecimiento dramatúrgico para especular sobre nuestra propia dimensión ficticia. Tema que hoy resulta imperioso, pues las máscaras, las personas, que se nos han impuesto en el presente, más las que deseamos sobreponernos, nos empujan a una vivencia que emula a la literatura. Sigue leyendo

Goteras

El Teatro Bellas Artes acoge esta comedia amable de Marc G. de la Varga que fabula sobre las vidas posibles

Foto de Danilo Moroni

El género de la comedia amable, con su pizca de reflexión existencial, se reitera en cada intentona. Como un relato moral, que tendría la consabida referencia al Cuento de Navidad dickensiano, en esa especulación sobre las decisiones del presente ─de «bifurcaciones», se habla aquí─ que repercutirán en un futuro que, por arte de alguna magia, podemos contemplar. Aquí el protagonista es un dramaturgo y otros tantos dramaturgos se han puesto ellos de protagonistas para proceder a este experimento. Sigue leyendo

Las amargas lágrimas de Petra von Kant

Rakel Camacho no consigue engranar los diferentes elementos estéticos en esta adaptación de la obra de Fassbinder

Foto de Isa Saiz

Regresa a los escenarios Fassbinder, después de aquel aburridísimo proyecto de Dan Jemmett titulado Los gatos mueren como las personas. Rakel Camacho, quien ya demostró su talento dramatúrgico en esta misma sala del Matadero con Coronada y el toro (hace bien poco se puso al frente de El cuarto de atrás), pienso que esta vez no ha sabido conjugar todos los elementos que se ponen en juego en este montaje. Sigue leyendo

El teatro de las locas

Lola Blasco lleva al Teatro María Guerrero aquella experiencia performativa que empleó el neurólogo Jean-Martin Charcot en La Salpêtriere

El teatro de las locas - Foto de Luz Soria
Foto de Luz Soria

Las últimas temporadas hemos tenido varias aproximaciones a las vivencias de afectados por algún tipo de trastorno síquico. Así, por ejemplo, en dos piezas que funcionan en paralelo estéticamente como Hacer noche, de Bárbara Bañuelos y en Contención mecánica, de Zaida Alonso, hallamos una mirada más posmoderna de la cuestión; mientras que en La madre de Frankenstein, basada en la novela de Almudena Grandes, se da cuenta, precisamente, del sanatorio mental femenino de Ciempozuelos y, además, de las tropelías del siquiatra Vallejo-Nágera. Aunque, evidentemente, la gran correspondencia para lo que nos compete es el Marat-Sade, de Peter Weiss (recordemos las versiones más recientes, la de Luque y la de Atalaya). Sigue leyendo

Johnny Chico

El Teatro Infanta Isabel acoge este éxito protagonizado por Víctor Palmero, quien se encarna en un muchacho en el descubrimiento de su identidad sexual

Johnny Chico - FotoTodo es demasiado fulgurante. Se nos lleva y se nos arrastra como si estuviéramos en un torbellino, como ese estilo tan punk y espídico del primer Trainspotting (aquí nos faltaría una música acorde). El texto de Stephen House, Go by Night, que fue escrito a mediados de los noventa, es llevado por Víctor Palmero con una mezcla de ingenuidad adolescente, con lenguaje directísimo y soez, grosero y hasta pornográfico, más una superficialidad algo estereotípica sobre la ambigüedad cabaretera de los travestis. Debemos ser conscientes de que, en cierta manera, han cambiado muchas cosas de aquella época. Sigue leyendo