Lluís Homar ha dejado que su elenco de jóvenes, dentro de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, festejen a Lope. En su comedia se pone en tela de juicio el matrimonio entre ancianos y jóvenes
Ha encontrado Lluís Homar un equilibrio, diría que fetén, entre esos espectáculos que trabajan con jóvenes que se suelen escorar más hacia el gusto adolescente; y aquellos otros en los que encarnan a personajes demasiado maduros. Este tipo de propuestas revitaliza el desenfado que habíamos observado en convocatorias anteriores, como en La villana de Getafe, que dirigió Roberto Cerdá; o en La dama boba, que emprendió Sanzol. Ambas de Lope. Sigue leyendo →
Cristina Clemente y Marc Angelet están logrando con sus comedias un análisis en absoluto naíf de nuestras más afamadas incongruencias. Una terapia integral sitúa al coach-panadero como nuevo sacerdote de almas descarriadas
Foto de David Ruano
Algo que me satisface mucho de las dos obras que he podido ver de Cristina Clemente y Marc Angelet es que son «productos» teatrales de gran valía dentro del circuito comercial, que compiten con mucha inteligencia con montajes de pretendida enjundia que brotan directamente bajo el aura culta de algunos teatros públicos.
Una terapia integral es menos descacharrante que Laponia, su anterior propuesta; pero, a cambio, es más estilosa —desde luego, toda la escenografía de José Novoa, con ese obrador tan detallado, ayuda a captar totalmente nuestra atención—. Es, también, más aviesa sicológicamente y más insidiosa con aquellas estupidizaciones con las que aquellos aspirantes a clase media burguesa han caído, a pesar de su supuesta cultura.
Claro que, tampoco nos pasemos; pues estamos dentro de la comedia moralmente aceptable. Crítica, pero respetuosa incluso con los panaderos, y no tanto con los gurúes modernos; aunque estos, que no van al teatro, porque están en el regodeo de la iluminación eterna, no pueden ofenderse ante nada. Es decir, se dan las exageraciones pertinentes y se fuerza, en ocasiones, una risa a través de un payasismo algo irritante. Sigue leyendo →
Una obra de Lope de Vega totalmente deslavazada, donde sobresale la interpretación juiciosa de Israel Elejalde
Afirmar que esta obra es un tríptico o que encierra tres piezas en una, puede ser una manera respetuosa de honrar a un gran autor; no obstante, también podríamos considerar que es un texto sin la debida cohesión y que es un pastiche incongruente. Ni drama histórico, ni de santos, ni comedia metateatral. De todo esto hay; aunque cada parte va por separado sin que se imbriquen como un conjunto orgánico. Si, además, lo que debiera ser verdaderamente humorístico, pegado a lo popular, queda un poco finolis; pues tendremos que fijarnos en otros elementos más destacables. No será tampoco la escenografía de Jose Novoa, fría como la propia dramaturgia y que, en su insignificancia, pues no quiere disuadirnos con objetos accesorios, termina por destinar a los personajes-espectadores a un lugar tan bajo como poco visible. Sigue leyendo →