El Teatro de la Comedia da cabida a un montaje ambicioso con las piezas de Joaquina Vera, Víctor Català y Emilia Pardo Bazán
Verdaderamente la Compañía Nacional de Teatro Clásico debe contribuir a esto. Por un lado, a exprimir el talento actoral que ella misma ha propiciado y que debería, según mi opinión, permanecer en una especie de Compañía bis (revolutions) que fuese de gira por las Españas y allende los mares, que es lo que hace falta. Por otra parte, incursionar en la historiografía teatral española, a través de tres piezas que, si bien no son una genialidad, nos descubren unas maneras, unas aproximaciones a la realidad (la del XIX), con mirada femenina y con preferencia a las clases bajas, que merece observarse para poner en cuestión o en relación a todas esas otras obras —esas sí, geniales— que se repiten hasta la saciedad. Sigue leyendo
Tampoco nos dejemos engañar otra vez más por el atractivo de los clásicos, no vaya a ser que esta obra de corte anticapitalista no sea capaz de desembarazarse de los clickbaits que tanto abundan en la prensa más putrefacta. La obra de Marianella Morena, quien dirigió 
