Antonio Hortelano dirige esta comedia burguesa de Eric Assous, para insistir en el habitual entretenimiento de siempre en el Teatro Bellas Artes
Esta obra es lo que parece. Si ustedes tienen el prejuicio afinado, después de asistir a este montaje lo convertirán en aseveración. La sempiterna comedia francesa con idiota por el medio (y con cena quemada incluida), con humor de ironía tontorrona, o sea, la manifestación ridícula y ridiculizante de la clase alta de nuestro exquisito país vecino. Nadie perderá las formas, las cuales, ante todo, son lo fundamental. Por eso funcionan tan bien los Chiens de Navarre con sus espectáculos satíricos. Algo necesitan satirizar. Sigue leyendo →
Paco Bezerra y Luis Luque firman en el Teatro Español una adaptación deshilachada del mito clásico
Volver a la figura clave del teatro sofocleo implica darle nuevos aires, ahondar en perspectivas inéditas y resignificar el símbolo esencial para demostrar que seguimos impresionados por su repercusión. Como han hecho otros tantos en los últimos tiempos, desde Sanzol hasta Sergio Blanco pasando por los portugueses Companhia do Chapitô o Gabriel Olivares con mayor o menor relevancia. Por ejemplo, debemos evaluar si el tabú del incesto sigue consternándonos de forma similar o si hasta nuestra supuesta liberalidad es capaz de quebrar un hecho tan oscuro. Paco Bezerra, quien ya intervino en otro clásico como Fedra, ha tramado un relato muy desigual en su intensidad y en su cohesión, que ha repercutido en la fallida dirección de Luis Luque. A lo mejor se buscado reconciliar a demasiados públicos con intereses diferentes. Sigue leyendo →
Sergio Peris-Mencheta comanda un montaje grandioso sobre la Europa convulsa de los años cincuenta
Foto de marcosGpunto
La Bestia, igual que el Leviatán de Hobbes, es un mini-estado en forma de cocina, donde todos sus habitantes deben cumplir con las reglas que han aceptado para que sea posible alcanzar la armonía. Sergio Peris-Mencheta, con sus 41 años, se juega, con esta oportunidad que le ha brindado el Centro Dramático Nacional, obtener un prestigio que lo lleve a la élite española de la dirección escénica. Desde mi punto de vista, antes de analizar el resto de elementos, el madrileño ha logrado dar un aldabonazo con esta propuesta tan ambiciosa y tan sugerente. Ha sabido plasmar con maestría ese espíritu inasible del perspectivismo, de la amalgama que forman toda una serie de personajes muy distintos que se van compactando a través de la angustia vital, la esperanza ensoñadora y la perceptible alienación. Nos encontramos en Londres, el 8 de agosto de 1953, el día que los germanos verían condonada parte de la deuda contraída por aquel doloroso y humillante Tratado de Versalles, y las posteriores condenas. Mangolis, un pinche chipriota, el trabajador más joven de todos, un tipo vitalista, sin el peso de la tradición y la amargura sobre sus hombros, una especie de símbolo conciliador de los nuevos tiempos, es el primero en llegar al curro del Marango’s. Sigue leyendo →