Forever Van Gogh

La vida del célebre pintor holandés salta a escena en un proyecto comandado por Ignasi Vidal, que nos destina a una experiencia inmersiva

Forever Van Gogh - FotoLa figura de Van Gogh encaja tan idóneamente con nuestro esquema de genio que, más a allá de unos cuadros célebres o unas pinceladas particulares dispuestas hasta para el filtro de Instagram, lo que más nos fascina es su vida. Y es por esto que su biografía se explota hasta la actualidad de una manera abusiva, diría, como un fetiche preparado para nuestra sociedad de consumo. Por eso, creo que este título en inglés tan marketiniano resulta muy coherente. ¡Qué le vamos a hacer!

Entre los productos que han aparecido en los últimos años merece la pena destacar la película polaca Loving Vincent, en la que se emplea una original técnica de digitalización de auténticas pinturas al óleo. El efecto resulta maravilloso. Y esa maravilla es la que se intenta infundir en este artefacto pergeñado por Ignasi Vidal, quien busca llegar al gran público. Porque, seamos serios, si no se va a discurrir por alguna nueva teoría sobre la existencia del pintor, lo acontecido consiste en uno de los biopics más trillados sobre artistas. Sí que es cierto que el dramaturgo introduce un guiño interesante entre los distintos avatares de este pionero del impresionismo y el desaforado precio de sus lienzos una vez falleció. Todos sabemos que su éxito en vida fue prácticamente nulo. Por este motivo, observar esa digresión, ese salto al futuro en el que una de sus creaciones perdidas va a cobrar una enorme relevancia, genera un contraste apreciable.

No obstante, este espectáculo vale, ante todo, por el equilibrio entre todas las disciplinas que se ponen en marcha. La que más destaca es la visual, la proyección de los cuadros, ese expresionismo de las pinturas que nos van acompañando durante la pieza envolviéndonos de una forma muy plástica, no como un pegote. Luego, la música de Ara Malikian, interpretada por Simón García con su violín, aporta la viveza conveniente y la confusión mental de nuestro pintor en sus momentos más crudos. Sumémosle la escenografía de Alessio Meloni, quien ajusta su perspectiva al juego del mapping con la inclusión de una estructura central muy versátil; para después generar en el fondo un ejercicio vertical a través de unos pilotes que sobresalen. Todo va en pos del dinamismo y de la atracción permanente.

En cuanto a la coreografía de Chevi Muraday, la danza conjunta en varias escenas se compacta excelentemente con la tensión creada. Yo creo que el baile se come un tanto a las interpretaciones. La mayoría del elenco brilla más corporalmente, con sus movimientos, que con su dicción. Verdad es que la carga de texto puro recae en pocos personajes. Cisco Lara, quien no solo da el tipo para encarnarse en Van Gogh, sino que mezcla hábilmente el fulgor con su agilidad física. Desde luego, lidera la función con una energía sobresaliente. Le da buena réplica su hermano Theo, con un Felipe Ansola muy consistente. De hecho, parte de lo que transcurre en escena, del argumento, proviene de las abundantes cartas ─ no olvidemos el papel desempeñado por su esposa Jo Van Gogh a la hora de ordenar y publicar esas misivas, tal y como queda aquí reflejado─, donde reconocemos sus cuitas artísticas y esas torturas de fe que pudieron marcarle profundamente. Después, tenemos la atrayente presencia de Gauguin, cuando convivió con su amigo en Arlés. Tomy Álvarez le pone mucho ímpetu y propicia diálogos que permiten ahondar más en esa alma oscura. A pesar de ello, este es un espectáculo que no va más allá de lo consabido, que se deja influir por esas exposiciones inmersivas que ahora abundan tanto. Por esta razón, la mirada que se ofrece es general, tópica, entretenida, si es que este último término se puede aplicar a una vida, en gran medida, desdichada. Para ello, necesariamente se han suavizado los aspectos más sanguinarios, como el famoso corte en la oreja.

Un público amplio, no demasiado exigente, disfrutará de un montaje que entra muy bien por los sentidos, que se disfruta y que puede valer para ilustrar una biografía que más o menos es popular.

Forever Van Gogh

Director y autor: Ignasi Vidal

Reparto: Andoni Larrabeti, Cisco Lara, Felipe Ansola, Gemma Álvaro, Inés Valderas, Joaquín Fernández, Noelia Venza, Paco Morales, Tamar Vela, Tomy Álvarez, Vicky Condomí y Víctor Ramos

Composición musical: Ara Malikian

Director musical y violinista: Simón García

Coreografía: Chevi Muraday

Escenografía: Alessio Meloni

Director técnico: Pablo Santos

Diseño de vestuario: Pier Paolo Álvaro

Diseño de iluminación: Felipe Ramos

Ayudante de dirección: Sebastián Prada

Ayudante de escenografía: Mauro Coll

Productor ejecutivo: Dario Regattieri

Producción: Beon Entertainment

Teatro Marquina (Madrid)

Hasta el 28 de enero de 2024

Calificación: ♦♦♦

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