El grupo Chévere aterriza en Madrid para presentar su espectáculo Eurozone
Todo es arriesgado si pretendes que tu público recuerde una película del cine independiente norteamericano como Reservoir Dogs de Tarantino y que además lo haga como si fuera un fan que conoce hasta el último detalle y es capaz de recrear en su cabeza las secuencias principales. Si eres consciente de ello y no te queda más remedio que ir explicando cada paso que das en escena, entonces, pierdes acción dramática y tus descripciones resultan farragosas. De esta manera se presenta Eurozone, una farsa que se acoge al work in progress. El texto se va configurando como si viviera en la espontaneidad, en la ocurrencia momentánea, en el ensayo incesante donde cada parlamento se debe repetir. De ahí que la obra no cuente en sí una historia, sino que sea la puesta en escena de una situación que todos y cada uno de nosotros estamos viviendo que es la construcción europea y su actual crisis. Con todo este planteamiento, los chicos de Chévere se apoyan en la película de Tarantino, en el humor que conlleva la parodia que intentan interpretar, en el caos de los papeles que se intercambian, en sus decisiones en marcha para lograr el objetivo de llevar a los mandatarios europeos a enfrentarse entre sí. Y si para ello tienen que probar voces y posiciones, practicar la mímica y los gestos, cambiarse de vestuario o fingir una batalla campal donde todos salgan malparados, pues no tienen la menor cortapisa. Con esto, vemos a una Merkel dispuesta a terminar con todos, a Sarkozy regresando a la primera fila de la política, a David Cameron imponiendo el contrapunto británico y a los pobres españoles, con Rodrigo Rato y Luis de Guindos al frente, moribundos y matándose entre ellos. Todos estos elementos puestos encima de la mesa pretenden emitir una crítica ante la confusión europea y, para ello, se recurre a la demagogia instalada en nuestra sociedad, consistente en señalar a nuestros políticos como máximos responsables de la situación y, por un lado, no hacer la menor autocrítica y, por otro, no identificar a los verdaderos artífices del estropicio. Y si para ello tenemos que asesinar en escena a la propia Merkel, como reina y señora de Europa, entonces parece que nuestra alma se sosiega, cuando el problema y la paradoja de este se ofrecen delante de nuestros ojos, y no es más que nuestra propia forma de vida. Por esto mismo resulta chistoso, para el que le haga gracia, que los políticos europeos se disfracen de gánsteres y se den estopa. Eurozone, desgraciadamente, no es una de Tarantino, sino una de romanos, y el emperador sale indemne.
Eurozone
Dirección y dramaturgia: Xron
Reparto: Manuel Cortés, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo, Borja Fernández, Mónica García, Iván Marcos, Pepe Penabade y Arantza Villar
Espacio escénico: Javier Ballestín/Chévere
Espacio sonoro: Xacobe Martínez Antelo
Iluminación: Fidel Vázquez
Escritura: Manuel Cortés
Coreografía / lucha: Iván Marcos
Audiovisuales: Cuco Pino
Maquillaje: Fany Bello
Vídeos: Quadra producións
Diseño de cartel: Mar López y Riki Blanco
Fotos: Natasha Lelenko
Videoclip: Paz Producciones
Teatro Valle-Inclán (Madrid)
Hasta el 24 de noviembre de 2013
Calificación: ♦♦
Texto publicado originalmente en El Pulso.
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