La directora Christiane Jatahy no aprovecha las virtudes estéticas de la película Dogville, de Lars von Trier en esta adaptación deconstructiva

Aceptaremos que Christiane Jatahy cinematografía en el teatro una de las películas más teatralizadoras (a mí también me fascina La comuna, Peter Watkins) de la historia del cine. Uno se pregunta si sencillamente (y esto hubiera supuesto una comprensión de las complejidades internas del argumento en relación a la estética) la dramaturga hubiera trasladado la película Dogville con los procedimientos similares a los del film. Pero como ya ocurrió en la última propuesta que nos presentó Jatahy el año pasado (O agora que demora), parece empeñada en no meterse a fondo en sus propias obras, en discurrir por los márgenes, en darle más importancia al marco que a la pintura, en insistirnos, artísticamente en sus técnicas y en reforzar de manera insolente sus proclamas políticas que, por muy loables que sean, nos merecemos como espectadores un trato más maduro y lógico con nuestra propia forma de entender una obra de arte. Sigue leyendo