Los impostores

Alegoría familiar que inicia la tetralogía «Del yo al nosotros» en la Sala Cuarta Pared

los-impostores-cuyas-640x320En el centro del escenario se instala una estructura metálica en forma de prisma cuadrangular que aloja a una familia dispuesta a jugar una partida de cartas. En un lateral (afuera), el abuelo-el padre se balancea en una mecedora. Por debajo del conglomerado textual-alegórico se cuenta en esbozo la historia de una estafa piramidal. Hemos visto reportajes y hemos leído noticias sobre los procedimientos de las empresas multinivel. Mediante una publicidad engañosa y unas estrategias de marketing propias de las iglesias evangélicas (en la propia obra se escenifica uno de estos acontecimientos en los que se vende la buena nueva de la empresa, donde se incita a fantasear igual que en el cuento de la lechera). El truco consiste en convencer a tus allegados de que invertir en ciertos productos es una gran idea, aunque las ganancias (reales) no estén en la venta de algo sino en conseguir el dinero de miles de primos. La familia es la primera en caer. Sigue leyendo

Las neurosis sexuales de nuestros padres

La obra escrita por Lukas Bärfuss sondea las represiones del mundo adulto

las-neurosis-sexuales-de-nuestros-padresTodo gira en torno a Dora, una joven que ha permanecido empastillada durante varios años por culpa de una enfermedad mental. Este centro de atención se lo lleva para sí Carolina Lapausa, en una interpretación memorable, con una construcción del personaje que no titubea en ningún instante y que resulta tan desbaratador en su gestualidad, en su movimiento y en su expresión tartamudeante y, a la vez, libérrima, que el resto se ahoga en las respuestas. Su comportamiento es como el de una salvaje que afirma no saber («no sé, no sé»), pero que siente el ímpetu de su sexo hibernante («follar, follar»). Sigue leyendo

Sé de un lugar

Una obra sublime que profundiza en el vacío existencial de una generación en crisis

sé de un lugar

Que una pareja haya discutido y se haya separado no es razón suficiente para cuestionarse la existencia en un mundo que quizás sea más hostil del que se habían imaginado. Sea usted libre, amigo, cuestione la religión, el amor, las relaciones sociales, la cultura que le rodea, imbúyase del espíritu nihilista, vacíese y, luego, pregúntese por la felicidad y por la seguridad, y respóndase sin contravenir sus principios instituidos profundamente. Los dos protagonistas pretenden agarrarse a algo: una vivencia, «la amistad» —se afirma—, una canción (como la que da título a la obra, compuesta por el grupo Triana) a comer y a dormir bien —se propone. Sigue leyendo

QFWFQ

Teatro Meridional nos cuenta los orígenes de la existencia como si los fundamentos de la física fueran una leyenda

qfwfqCantar la historia del universo desde el campo, desde la boina, desde el achaque y el mandil, dando pábulo a científicos como Hubble o George H. Darwin, provoca todo un sistema de paradojas humorísticas que Julio Salvatierra ha trenzado a partir de las Cosmicómicas de Italo Calvino. Emparentado con el Enuma Elish (poema babilónico de la creación), con la Teogonía de Hesíodo o con el Génesis del Pentateuco, QFWFQ (se debe leer cufubufucu) narra en diversos episodios una cosmogonía. Lo que realmente da valor al relato son, primero, los propios textos creados entre 1963 y 1964 por Calvino y, segundo, el tono que tanto en la adaptación como en la labor directiva (Álvaro Lavín) se infunde al desarrollar unos personajes que acompañan al protagonista (el propio QFWFQ), más unas interpretaciones musicales en los interludios donde el folclorismo jotero se adentra en una especie de parodia físico-rural. Sigue leyendo