Trabajos de amor perdidos

Una comedia, escrita por Shakespeare en su primera etapa, sobre los conflictos entre la razón y el amor

Trabajos de amor perdidos 007No es fácil enmendarle la plana a Shakespeare, si es que debe hacerse, aunque con todo derecho, pienso yo, cualquier autor puede intervenir en las obras archiconocidas de otros. En esta ocasión se nos ofrece un Trabajos de amor perdidos recortado, simplificado, edulcorado y hasta tergiversado en su final para darle otro aire. ¿Se logra el cometido? En cuanto a la reducción, pues, ciertamente, es más compleja la tesis defendida y el lenguaje empleado por el bardo que la trama en sí, un enredo no tan logrado como en otras de sus posteriores comedias, por ejemplo, Medida por medida, pero con dos horas es suficiente. La premisa de la que partimos es clara. El Rey de Navarra ha decidido, junto con sus caballeros, retirarse al estudio filosófico durante los próximos tres años, para lo que ha impuesto una serie de estrictas normas, entre las que se encuentra permanecer sin contacto alguno con las mujeres. Sigue leyendo

Los hermanos Karamázov

Unas actuaciones fabulosas levantan una versión reduccionista de la obra de Dostoievski

Foto de Sergio Parra
Foto de Sergio Parra

Nadie puede dudar a estas alturas que Gerardo Vera conoce su oficio, que domina el arte de la escenografía, que sabe dirigir a sus actores y que es capaz de propiciar momentos de sugerente belleza en sus funciones; pero, ¿qué nos depara una adaptación teatral de una obra realista del siglo XIX compuesta por unas mil doscientas páginas que aquí se reducen a casi tres horas? Si lo importante de esas novelas decimonónicas es el argumento, entonces toda la historia de la literatura está llena de buenos motivos. No, esas obras son valoradas por cuestiones, en absoluto literarias (de hecho, para la literariedad, fueron un retroceso), sino por el ambiente, las ideas, el reflejo de una sociedad, es decir, aspectos sociológicos, antropológicos e históricos. Pretender que en tres horas se pueda reflejar el mundo que plasmó Dostoievski, es como darnos por satisfechos cuando los preadolescentes se leen esas terribles versiones de El Quijote. Lo que leen, evidentemente, no es nada que se aproxime al verdadero valor de El Quijote, que no es que un caballero andante se estampe contra unos molinos, sino su arte literario. Sigue leyendo

Mujeres y criados

Se representa por primera vez la recientemente descubierta obra de Lope de Vega

Mujeres y criados - FotoEs un verdadero acontecimiento que se «haya descubierto» una nueva obra de Lope. La labor que ha realizado el investigador Alejandro García-Reidy sobre el manuscrito que se encontraba en la Biblioteca Nacional desde el siglo XIX ha resultado esencial. Este hecho contribuye a ampliar el conocimiento acerca de nuestro mejor dramaturgo y nos permite disfrutar, gracias a la edición que se ha elaborado de esta obra, de su lectura. Ahora, además, podemos asistir a su representación. El valor patrimonial de este suceso es incuestionable. Sigue leyendo

Maribel y la extraña familia

Maribel y la extraña familia continúa representándose en agosto de la mano de Gerardo Vera

Maribel y la extraña familia - Foto

«El humor es verle la trampa a todo, darse cuenta de por dónde cojean las cosas; comprender que todo tiene un revés, que todas las cosas pueden ser de otra manera, sin que por ello dejen de ser tal como son», decía Mihura. Y lo podemos comprobar en la Maribel y la extraña familia que ha montado Gerardo Vera en el Infanta Isabel. Un montaje repleto de grandes detalles que agrandan la obra: los números musicales, las acertadas proyecciones de vídeo o la elección de los temas que suenan en los diferentes momentos. Pero no es el montaje lo que más resalta, sino, tratándose de Mihura, el humor. El humor de Mihura se ha recuperado en el último decenio con programas de televisión como La hora chanante o Muchachada nui comandados por Joaquín Reyes. En esos programas se ha vuelto a la extrañeza de la cotidianidad, a las conversaciones faltas de lógica y a la rareza que supone la ausencia de implicaturas, es decir, las cosas se muestran en primera instancia, tal como son, carentes de simbolismo para así desactivar el tópico o la convención. Sigue leyendo