La criada de Bernarda Alba, interpretada por Lolita Flores, nos da cuenta de lo acontecido en esa casa después de la muerte de Adela. El director y dramaturgo Luis Luque nos ofrece un montaje excesivamente embellecido

¿Cuál es la razón que ha podido encontrar el autor para indagar en este personaje secundario? No hace mucho tuvimos en escena Bernarda y Poncia, interpretadas magníficamente por Pilar Ávila y Pilar Civera, con elucubraciones de muy distinto cariz, en una ambientación contraria a lo que observamos aquí. Pues Luis Luque pareciera que no ha querido darle vuelo a su protagonista, que no se ha permitido fabular suficientemente para otorgarle alguna esperanza tras la hecatombe. Tampoco en el recuerdo hallamos mucha sustancia, apenas si su madre fue prostituta o si aprendió a leer y a escribir, o si en alguna ocasión había zurrado al simplón de su marido Evaristo el Colorín (risas en la platea. Sin comentarios). Sigue leyendo

