ANGELA (a strange loop)

Susanne Kennedy plantea un sofisticado viaje alquímico en un espectáculo tan tedioso como fascinante en los Teatros del Canal

ANGELA (a strange loop) - Foto de Julian Röder
Foto de Julian Röder

¿Esta propuesta de Susanne Kennedy es una tediosísima genialidad? Partamos de la casi ausencia de aplausos y del absoluto desconcierto del público en el estreno en los Teatros del Canal. Por fin algo de sinceridad en el respetable. Fuera caretas. Ciertamente, una función costosa, aburrida, sin aparente sentido; pero, paradójicamente, radical en su compromiso estético-filosófico. Si aceptamos la apuesta, tendremos que hacer el esfuerzo de desencriptar un dispositivo que da una serie de claves básicas; aunque nos sostiene en una alegoría de corte posmoderno. Aclaremos que la autora ha estudiado la obra de Carl G. Jung y que ella misma estructura su proyecto a partir de las tres etapas alquímicas. Por lo tanto, ahí ya tenemos el código necesario para guiarnos por un espectáculo que, una vez aprehendido, nos resulta más digerible; sin embargo, esto puede ocurrir una vez salgamos de la sala.

La protagonista es Angela ─recojamos a Yabamiah, ángel guardián femenino de la alquimia─. Será mensajera, mercurial, y nos ayudará a observar su propio proceso de transformación y el nuestro como concurrentes al ritual. Ixchel Mendoza Hernández adopta con coherencia física unas maneras robóticas, automáticas, que nos chirrían, como ocurre con todo el montaje; porque las voces que escuchamos están pregrabadas (como así los sonidos de las puertas, por ejemplo). Es fundamental señalar el extraordinario trabajo de Markus Selg con la escenografía. El diseño 3 D, con cierto aire retro, nos adentra en un Second Life o en Meta, también en un videojuego onírico, como se verá después, donde las imágenes se conectan con el mundo real. Destaca el EXIT, que es, por supuesto, muy significativo en cuanto que avanza la posible salida al entuerto vital que aquí se conjuga. El ejido de libertad, el éxodo, el éxito, el fin del eterno retorno que, en definitiva, al modo nietzscheano, termina por enmarcar toda la función. Principio y fin inducen al nuevo comienzo como una vagabunda frente al fuego primigenio con ansias de descubrimiento.

En la primera etapa, en la nigredo, similar a la sombra en el sicólogo suizo aparece el periodo de putrefacción y dolencia. Nuestra heroína, una youtuber que va haciendo directos sobre su estado corporal y anímico. Padece una enfermedad autoinmune que la tiene debilitada, que no le deja mover bien las piernas, y que la mantiene en casa, recluida ─aspecto que nos vuelve a remitir a la pandemia─. Todo, desde luego, resulta muy anodino y hasta insoportable en la inacción y en el silencio. Por momentos, la pieza es demasiado estática y plana; mucho más si no se entra en la metáfora. Poco efecto produce la visita del novio para tomarse unas hamburguesas del Mc Donald’s o una amiga para animarla a salir de fiesta. El perro-avatar que sobresale por una televisión aporta una dimensión diferente, pues parece un guía más sofisticado; el asistente virtual que habilita posibilidades en el caos.

Más distinta todavía es la madre, ya que entra conexión con su hija de una manera mágica en el desenlace. Una transmutación, un desenmascaramiento para la llegada del bebé metido en el huevo cósmico ─cómo no recordar 2001 Odisea en el espacio y en Así habló Zaratustra─, que es nuestra Angela. Ahí habremos llegado a la tercera etapa, la rubedo. Todos los personajes funcionan, además, como arquetipos.

Antes, en la albedo, viajaremos por el territorio de los sueños, se pondrá en marcha la imaginatio, aquella que debe favorecer la iluminación, la creación, la variación en esa repetición de lo mismo, donde no queda más remedio que superar el determinismo y dotar a la vida de un sentido. Las luces estroboscópicas y el surrealismo en los diseños de Selg nos destinarán a una experiencia sensorial repleta de confusión. A ello hay que añadir la presencia de Diamanda La Berge Dramm quien toca el violín como si quisiera destinarnos a una meditación profunda. Posee un magnetismo especial, tanto por su apariencia, con la cabeza rapada, tan blanquita, y ese vestuario espectral que nos remite a entornos del budismo. Un ser de pureza, una niña iniciada, que favorece un camino sapiencial.

ANGELA (a strange loop) es una obra compleja, muy atrevida en todos sus planteamientos para la situación en la que nos encontramos en este nihilismo que nos carcome.

ANGELA (a strange loop)

Concepto, texto y dirección: Susanne Kennedy

Concepto y diseño de escenografía: Markus Selg

Intérpretes: Diamanda La Berge Dramm, Ixchel Mendoza Hernández, Kate Strong, Tarren Johnson y Dominic Santia

Voces: Diamanda La Berge Dramm, Cathal Sheerin, Kate Strong, Rita Kahn Chen, Rubina Schuth, Tarren Johnson, Susanne Kennedy, Ethan Braun, Dominic Santia, Ixchel Mendoza Hernández, Marie Schleef y Ruth Rosenfeld

Diseño y montaje de sonido: Richard Alexander

Banda sonora: Richard Alexander y Diamanda La Berge Dramm

Música en vivo: Diamanda La Berge Dramm

Diseño de vídeo: Rodrik Biersteker y Markus Selg

Diseño de vestuario: Andra Dumitrascu

Dramaturgia: Helena Eckert

Diseño de iluminación: Rainer Casper

Colaboración artística y director de giras: Friederike Kötter

Asistente de escenario: Lili Süper

Asistentes de vestuario: Anastasia Pilepchuk, Anna Jannicke

Meritorio de dirección: Tobias Klett

Operadora de vídeo: Catalina Fernandez

Operador de sonido: Thorsten Hoppe

Operador de iluminación: Sebastian Zamponi

Dirección técnica en gira: Sergio Pessanha

Distribución: Rui Siveira – Something Great, Cathal Sheerin – Something Great

Agradecimientos: Nick Drnaso, Rikke Villadsen y David OReilly por la inspiración y las citas

Producción: ULTRAWORLD PRODUCTIONS

Gerencia: Something Great

Jefe de producción artística: Philip Decker

Jefe de producción técnica: Sven Nichterlein

Construcción de escenografía: Stefan Pilger

Distribución internacional: Rui Silveira – Something Great

Gerente en gira: Niki Fischer – Something Great

Coproducción: Wiener Festwochen (Viena), Festival d’Automne à Paris & Odéon – Théâtre de l’Europe (París), Festival d’Avignon (Aviñón), Holland Festival (Ámsterdam), Kunstenfestivaldesarts (Bruselas), National Theatre Drama / Prague Crossroads Festival (Praga), Romaeuropa Festival (Roma), Teatro Nacional de São João (Oporto) and Volksbühne am Rosa-Luxemburg-Platz (Berlín)

Con el apoyo de: Stichting Ammodo (Ammodo Foundation) y Kulturstiftung des Bundes (German Federal Cultural Foundation), con el apoyo financiero de Beauftragte der Bundesregierung für Kultur und Medien (German Federal Government Commissioner for Culture and the Media)

Teatros del Canal (Madrid)

Hasta el 9 de marzo de 2024

Calificación: ♦♦♦♦

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