Tennessee

La directora María Ruiz ha dispuesto en el Teatro Español un montaje a partir de dos piezas breves del dramaturgo estadounidense

Tennessee - Foto de Esmeralda Martín
Foto de Esmeralda Martín

¿Puede justificarse un montaje por un monólogo subyugante de diez minutos? Seguramente así sea. Merece la pena dejarse atrapar por Maripaz Sayago en esa obrita titulada Háblame como la lluvia y déjame escuchar… y que aparece en segundo lugar, en este espectáculo que ha ideado María Ruiz para homenajear al dramaturgo estadounidense Tennessee Williams; y que ha dirigido con mucho cuidado.

El marido se despierta tras una noche de cobro y de jarana. Nuevamente, ¿dónde está la pasta? La iluminación macilenta de Felipe Ramos sosiega los ánimos. No hay bronca, solamente una declamación y un rostro huido y alegre, como el de Olivia Colman en El imperio de la luz, sorteando la locura. El revulsivo en la melancolía, la satisfactoria esperanza de una decisión radical: «Quiero irme de aquí». La actriz alcanza una cota de interpretación sublime, como embebida por la liberación, como si paradójicamente fuera a saltar por la ventana en cualquier momento. «No tendré amigos». «Leeré largos libros y diarios de escritores muertos». «…pasear sola por la explanada…». Es un trabajo literario muy sutil, que esparce sobre nosotros una ensoñación baldía. Todo espectador debe concentrarse en esa expresión alucinada.

Antes, al principio de la función, La marquesa de Larkspur Lotion (esta loción se utilizaba para combatir a los parásitos) nos destina a uno de esos ambientes espesos y malolientes del Nueva Orleans de los años cuarenta ─Juan Carlos Savater ha estado muy certero en la recreación escenográfica a través de sencillos elementos que nos aproximan la cochambre─. Un perfecto ejemplo de la concepción que más ha prevalecido del mundo de este literato, y que nos retrotrae al imaginario de Un tranvía llamado Deseo. Cristina Medina lleva su papel de dipsómana hasta la caricatura, una mujer en la decadencia absoluta, que afirma esperar los beneficios de una supuesta plantación de caucho. Obsesionada por las cucarachas voladoras como si tuviera un jocoso delírium tremens, como en Días sin huella, de Billy Wilder. Época de la depresión americana, donde el escritor que acoge César Camino, igualmente melopeico, con su habitual comicidad y su capacidad para divagar, no solo sirve para aludir a Chéjov (fetiche del dramaturgo); sino para redundar en el patetismo general de sujetos que sobreviven agónicamente, y que anhelan encontrarse. Que esa tal Sra. Wire, que encarna Sayago con gritona y soberbia apostura, pretenda echarlos, es lo de menos. No creo que dé para nada más que prepararnos el terreno en la propuesta.

Luego, llega el entremés. A mí me sobra, pienso que está fuera de la atmósfera creada antes y posteriormente, y que la humorada ahí no encaja. No sé hasta qué punto es necesario que nos ofrezcan esas pinceladas sobre el carácter de Williams, ese breve repaso por sus éxitos y por esas adicciones tan pertinaces. Me parece que es un autor popular de cuyas obras se han realizado distintas adaptaciones en los últimos años como La rosa tatuada, con Aitana Sánchez-Gijón y El zoo de cristal, con Silvia Marsó. Medina le pone un gran empeño. Por un lado, es una maestra de ceremonias; pero, claro, después de contemplar a unos desastrados, no se termina de encontrar el tono. Que cante un tema tan candoroso como el «Nature Boy», que popularizó Nat King Cole, hubiera sido suficiente como interludio. A mí, por un instante, me recordó a Barbra Streisand. Mejor, quizás, hubiera resultado una tercera pieza, como El largo adiós o alguna por el estilo.

Más allá de que el proyecto pudiera ser más completo, se saborea la ambientación de esos individuos que tienen tanto que decirnos sobre los márgenes de la realidad. Me quedo, sin lugar a dudas, con ese momento tan exquisito de pura melancolía.

Tennessee

Dos obras cortas de Tennessee Williams

Entremés de María Ruiz y Cristina Medina

Versión y dirección: María Ruiz

Reparto: César Camino, Cristina Medina y Maripaz Sayago

Diseño de espacio escénico: Juan Carlos Savater

Diseño de iluminación: Felipe Ramos

Diseño de vestuario: Chary Caballero

Diseño de sonido: Benigno Moreno

Ayudante de dirección: Juanfran García

Residente ayudantía de dirección Teatro Español: Cristina Simón

Una coproducción de Teatro Español y Producciones Come y calla

Teatro Español (Madrid)

Hasta el 17 de diciembre de 2023

Calificación: ♦♦♦

Texto publicado originalmente en La Lectura de El Mundo

3 comentarios en “Tennessee

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