Incendios

Mario Gas presenta este clásico contemporáneo sobre el horror de la guerra y la verdad familiar

incendios-fotoIncendies (Incendios) ha logrado en poco tiempo convertirse en una de esas obras con destino al canon, cuando es precisamente una reelaboración sui géneris del Edipo. La estructura y la disposición de los elementos dispares que muestra el texto nos hacen pensar más en una novela o en una película que en una tragedia. La multiplicidad de escenas, el obligado solapamiento de situaciones, las dos principales tramas imbricándose con saltos en el tiempo, requieren un montaje escénico tan ágil como el que nos enseña Mario Gas en el Teatro de La Abadía. A pesar de la parrafada inicial un tanto caótica de Ramón Barea, en la piel del notario Hermile Lebel, pone sobre la mesa algunas claves. El actor, ajustándose equilibradamente a su personaje, por un lado timorato y por otro pundonoroso, se esmera en aproximarnos hacia una cotidianidad que, en realidad, esconde una catástrofe vital. Dos hermanos gemelos aguardan a la entrada del despacho para conocer las últimas voluntades de su madre, una mujer libanesa que llevaba tiempo en absoluto silencio esperando la muerte. Descubrir la biografía de esta mujer es lo que metafóricamente produce esos «incendios» en aquellos afectados por lo ocurrido y, sobre todo, el encargo inaudito: buscar a su hermano (que desconocían tener) y a su padre (del que no sabían nada). Sigue leyendo

Seuls

Wajdi Mouawad, autor de Incendies, vuelve a Madrid con Seuls

Seuls

A Wajdi Mouawad lo conocemos bien por su obra teatral Incendies, que se paseó por Madrid hace tres años y que luego, al convertirse en película, fue nominada en los Óscar como Mejor película de habla no inglesa en 2011. Ahora llega al Teatro Valle-Inclán, dentro del ciclo Una mirada al mundo, con un texto escrito en 2008 y que presentó por primera vez en el Festival de Avignon. Seuls es una obra de dos horas en la que Mouawad es el único personaje en escena. Él solo desarrolla todo un camino de introspección, de viaje paralelo dividido por los problemas cotidianos de su vida como doctorando y su pasado como huido de la guerra en el Líbano junto a su hermana y su padre. Esta división también se muestra en los lenguajes de los que se provee su autor para acompañarse en ese autoconocimiento. De la simpleza de un escenario casi desnudo con tan solo unos paneles en apariencia endebles, se van añadiendo imágenes proyectadas sobre diversos temas relacionados con su vida y su investigación doctoral; echa mano de la informática, del juego de sombras y de los dobles fondos, para después usar la pintura de la forma más primitiva posible. Sigue leyendo