Animales en apnea

El nuevo ecodrama de Cuarta Pared discurre sin fuste para emitir un mensaje contra los plásticos en el mar

Foto de Rubén Cruz

Después de Solarpunk, llega la segunda pieza del proyecto Temporada Verde: La emergencia climática a escena. Juan Asego propone un breve ecodrama de setenta y cinco minutos sobre la contaminación de plásticos en Almería, de donde son todos los integrantes del Colectivo Trance. De hecho, el acento, sus raíces y esa reivindicación un tanto regionalista queda clara desde el inicio. Sigue leyendo

Solarpunk

La Sala Cuarta Pared inicia una nueva trilogía con este thriller satírico sobre las posibilidades distópicas de un ecologismo mercantilizado

Foto de Alberto Mateo

Ruth Rubio nos imagina en el futuro a oscuras, con España repletísima de placas solares, hasta metidas en las plazas. Y la ciudadanía viendo a través de pantallas una luminosidad ficticia. Esta elucubración la tuvo antes de nuestro apagón de este año, pues esta sátira, titulada Solarpunk, fue escrita en 2023 para formar parte de la nueva trilogía de la Cuarta Pared: Temporada verde. El ecologismo poco a poco va apareciendo en la escena unido a diferentes visiones apocalípticas o distópicas. Así ha ocurrido en los últimos tiempos con Quiero colapsar a tu lado o Instrucciones para vivir en lo oscuro. En cualquier caso, no es un tema que esté motivando mucho a los dramaturgos. Sigue leyendo

Borde(r)

Pedro Casas construye un caleidoscopio urbano repleto de avatares kafkianos en esta comedia representada en Cuarta Pared

La Sala Cuarta Pared es muy dada a recibir y propiciar trilogías. Aquí nos llega la segunda parte de la Trilogía de la incertidumbre, de la Compañía Sr. Smith, después de que nos entregaran IF (La ligereza): plasmar el caos que tantos ciudadanos viven en una ciudad como Madrid y cómo aquí se acendra la presión burocrática, cuando el estrés generalizado descabala cualquier procedimiento razonable. Ante todo, hay que destacar cómo exprime su creatividad Pedro Casas para perfilar cada una de los cuadros de una manera distinta, aportando detalles singulares, que nos permiten observar un montaje en el que se aúnan diferentes clases de humor. Aunque su ansia por rizar el rizo recargue el espectáculo de un modo innecesario. Sigue leyendo

Todo lo que veo me sobrevivirá

Raquel Alarcón cierra el Tríptico de la Vida en la Sala Cuarta Pared con un mosaico de historias en el absurdo de la cotidianidad

Se cierra con esta pieza el Tríptico de la Vida. Título tan amplio e inconcreto que ha valido para derivarnos a una suerte de costumbrismo en mosaico. Teselas de teselas repletas de melancolía y desencanto, trufado de ironía impotente. Si acaso hemos acontecido a la bruma propia de nuestros tiempos en descenso. De hecho, Todo lo que veo me sobrevivirá insiste en estas ideas. Las autorías auguraban una obra potente; pero la suma de las partes, en este caso, no ha propiciado un espectáculo superior. Principalmente, por falta de engarce, de recursividad. Sigue leyendo

Murmullo

Miguel Valentín y Aitana Sar tratan el tema de la muerte en este segundo proyecto del Tríptico de la vida en la Sala Cuarta Pared

Si hace unas semanas se representaba en la Sala Cuarta Pared Todas las casas, la primera entrega del Tríptico de la vida, ahora le toca el turno a Murmullo, segundo episodio, firmado por Miguel Valentín. Estoy convencido de que el autor vio Así hablábamos, la temporada anterior en el Teatro Valle-Inclán. La tristura homenajeaba a Carmen Martín Gaite y organizaba un insustancial dispositivo con jovenzuelos discurriendo sobre la muerte de una amiga entre música. Las similitudes que encontramos en el montaje que aquí nos compete son muy amplias. Por un lado, tenemos la disposición a dos bandas con el elenco desplazándose por el centro. Un amigo ha fallecido y la tristeza inunda la atmósfera. Por otra parte, además, una cantidad enorme de conversaciones triviales llena los minutos en un vaciamiento cansino. La originalidad del asunto radica en la estructura que se pretende insertar, sin embargo, el caos, la incoherencia y una falta de andamiaje clara terminan por mostrarnos un espectáculo muy endeble conceptualmente hablando.

Cuatro individuos regresan del entierro de un amigo común. Han parado a comer en el restaurante La Manduca, y se proponen alargar la sobremesa. Algunos destellos de surrealismo que parecen retrotraernos a El discreto encanto de la burguesía, de Buñuel. Ideas y venidas de Andrés Picazo (todos llevan sus propios nombres) en busca de camareros que no acontecen y de cafés que no se sirven. Su actitud será muy anodina y pasiva. Él estaba enamorado de Simón; aunque, por lo visto, este sentía más fascinación por Fran (Vélez). Este resulta más dicharachero. Intenta escapar de esa situación agobiante y exige a los demás que beban sin freno para huir beodos de ese trance. Por su parte, Nataliya Andru se expresa a través de asanas yóguicas. Luego emprenderá distintas danzas. Una vez asume que su taxi ha quedado en un limbo dando vueltas sin parar y que tardará en marcharse. Ella es la responsable general del movimiento escénico y hay que reconocer que destaca; pues se desarrolla una energía elocuente y una compactación que remite con sensatez al cuento que se nos revela.

En un determinado momento, Marina Herranz, que es quien inicialmente comanda al grupo, quien ostenta un poder superior de seducción, avanza, de improviso, el relato del Simurg (entronca con el tal Simón), un ave mitológica, propia de la cultura persa, extraída del libro El lenguaje de los pájaros, de Farid ud-Din Attar. Es una pena que este fábula, repleta de enseñanzas, y que discurre por los vericuetos del sufismo, no se haya empastado con más pericia. Hablamos del Pájaro-Rey, que come fuego, que posee el don de la sabiduría, y que podemos relacionar con el Fénix. Nos remiten a una abubilla que habla con el rey Salomón y cómo aquella y otros pájaros emprenderán un viaje por los siete valles (La búsqueda, el amor, el conocimiento místico, el desasimiento, la unicidad, la perplejidad y de la pobreza y la aniquilación). Consiste, evidentemente en un proceso de ascetismo, de purificación, que deben acometer antes de descubrir la paz, el hallazgo gnóstico y el encuentro puro con la divinidad. Es, en definitiva, la conexión mística, que requiere desprenderse de lo banal, del cuerpo y del deseo. En este sentido, muy poco se indaga en las complejidades religiosas y simbólicas que se encierran en esa obra del siglo XIII. Podemos deducir que los cuatro componentes, los cuales se adjudican su pájaro favorito, deben pasar por una transformación interna que permita digerir el dolor. Es verdad que se percibe un atisbo de asunción de lo que significa la muerte, de que esa experiencia les vale para recordarse que la vida tiene un final que puede llegar de repente; pero también es cierto que tenemos más de lo mismo. Otra vez la representación vacua del ocio sin más motivo que la distracción. No hay más que ver la extensa escena del karaoke, con una retahíla de canciones populares que les valen para cantar y bailar alrededor de la larga mesa.

En conclusión, todo debía consistir en reflejarse en un espejo. En eso, en gran medida, es hallar a Simurg; no obstante, en la casi hora y media de función el desparrame prima, el relleno con diálogos costumbristas y anécdotas que poco interesan, se combinan con acciones poco convincentes. Los silencios acaban por ser los más elocuentes en una propuesta que dirige Aitana Sar; aunque se le escapa. ¿Cómo es posible que una ruta de autoconocimiento y tan trascendental quede en algo corriente? A veces parece que el ansia posdramática, tan irónica, tan distanciadora ─no vaya a ser que se metan en honduras y en seriedades─ incapacita a los creadores para desarrollar algo importante, que exija en el espectador algo más o, incluso, mucho más.

Murmullo

Dirección: Aitana Sar

Dramaturgia: Miguel Valentín y Aitana Sar

Texto: Miguel Valentín

Reparto: Nataliya Andru, Marina Herranz, Andrés Picazo y Fran Vélez

Ayudante de dirección y creación: Víctor Barahona

Vestuario y escenografía: Berta Navas

Sonido y audiovisuales: Kevin Dornan

Diseño de iluminación: Nuria Henríquez

Movimiento: Nataliya Andru

Fotografía: La Megías Fotos

Diseño de cartel: Irene González Lara (Verde Pistacha)

Edición de vídeo: David Pérez López

Producción y distribución: Cuarta Pared

Agradecimientos: Juan Ollero, Miguel García Lozano, Carlos Mira Morales, Natalia Remón Vila, Pablo Rodero y Javier Victorio

Sala Cuarta Pared (Madrid)

Hasta el 28 de marzo de 2025

Calificación: ♦♦

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Todas las casas

Aldara Molero y Natalia Mariño presentan un cosmos urbano en la Cuarta Pared para iniciar el Tríptico de la vida

Foto de La Megías

Este montaje que se presenta en la Sala Cuarta Pared es la primera parte de Tríptico de la vida, un proyecto que servirá para conmemorar el cuarenta aniversario de este espacio escénico tan singular. Ya comprobaremos qué ocurre con las otras dos piezas, pero si nos fijamos en Todas las casas, la sensación de prólogo, de marco contextual, parece evidente. Sobre todo, porque uno no sabe si puede considerarse una obra dramática de ficción. Es decir, si no se queda en el paisaje, en la documentación de unos modos de existencia, en el reportaje poetizado de aquellos que se quedan en el margen. Sigue leyendo

Rota. Frida frente a Frida

Asu Rivero crea en la Sala Cuarta Pared un espectáculo sinestésico sobre la pintora Frida Kahlo

Rota. Frida frente a Frida - Foto de David Pérez y Javier Sánchez-Guerrero
Foto de David Pérez y Javier Sánchez-Guerrero

Si hoy el icono de Frida Kahlo es un disfraz permanente en celebraciones, incluso, de Halloween, aunque sea a través de la película Coco, pienso que se hace imperioso ofrecer un espectáculo que profundice en su figura y en las dimensiones políticas, estéticas o éticas que vertebraron su biografía. Si esta artista debe tener alguna consideración, habrá que indagar, digo yo, en sus valores; pues realmente el souvenir se ha comido a la persona. Su diadema de flores hace mucho que no remite al folclore de Oaxaca; sino al de la moda occidental en Vogue. Sigue leyendo

Manuela, el vuelo infinito

Los avatares de la deportista tetrapléjica Manuela Vos saltan a escena con una dramaturgia inconsecuente de Emilio del Valle

Manuela, el vuelo infinito - Foto de Rai MessinaSi me fijo en los últimos proyectos donde Emilio del Valle fundamentalmente se ha responsabilizado de la dirección y, además, ha firmado el texto o, siquiera, la versión (véase Coriolano, después de Shakespeare o Hasta que la muerte nos separe), tengo que reconocer que este montaje que ahora presenta en la Sala Cuarta Pared me ha parecido muy decepcionante. Tanto el contenido como la dramaturgia propuesta parecen no encontrar ni sustancia, ni destino. Y, sobre todo, se percibe una carencia de ideas a la hora de cohesionar el supuesto argumento. Sigue leyendo

Azul

La Sala Cuarta Pared acoge este espectáculo performativo sobre la libertad de expresión y el comportamiento policial

Azul - FotoCuando en 2020 Rodrigo Sorogoyen presentó su serie Antidisturbios las polémicas se sucedieron. Desde algún sindicato de policía afirmaban que se «manchaba» la imagen del cuerpo. Otros sectores de la sociedad sostenían que se blanqueaba las acciones de estos hombres «humanizando» sus problemas sicológicos y familiares. Ahora, Antonio Morcillo López, al que habíamos conocido en Bangkok, ha escrito sobre la cuestión a raíz de un caso particular. Tal y como apareció publicado en los medios el 16 de febrero de 2021, una joven de 18 años perdió un ojo debido al impacto de un proyectil de foam lanzado por un mosso. Sigue leyendo