Declan Donnellan desnuda la escena para que el héroe trágico ofrezca comicidad a su locura en una versión del clásico shakespeariano

Si hace justo un año los espectadores nos subíamos al escenario de la Sala Verde de los Teatros del Canal para seguir los avatares de Edipo. Ahora, con los mismos rumanos del Teatrul Naţional Marin Sorescu de Craiova, vuelven Declan Donnellan y Nick Ormerod, incansables a pesar del tiempo transcurrido, a sumergirnos en la acción, aunque esta vez sentados, en gradas a dos bandas. Disposición fundamental para que la cercanía sea intensa y el tapiz blanco y central se ilumine con potencia para ser pasarela de moda ridiculizante y pedana de esgrima. Además, el movimiento del elenco será extraordinario, pues surge de improviso por detrás de los asientos, avanzándonos ruidos en las disputas, algunos gritos, algún estruendo. No hay un ejército, pero sí se concitan toda una serie de hombres uniformados ─a lo contemporáneo─ que igual valen de consejeros áulicos que de agentes del servicio secreto de su majestad. Sigue leyendo
