La noche del Sr. Smith

Un drama sobre la inmortalidad y la memoria representada a través de una fábula futurista

Ante todo, es innegable que la Compañía del Sr. Smith posee un estilo que es reconocible, como pudimos observar con su anterior trabajo La piel del lagarto, y que se caracteriza por una inclinación a lo fabulístico, al desarrollo imaginario de otros mundos posibles, cierto infantilismo que termina por ser naíf y un humor juguetón sobre la crítica de nuestras costumbres. La noche del Sr. Smith nos sumerge en la mente quebrada de un enfermo de Alzheimer que, desde el hospital, lucha contra la tergiversación de sus recuerdos. Esa paradoja por la cual estos pacientes «se convierten» en niños, ancianos que regresan a la infancia, a sus primeras experiencias —seguramente reconfiguradas por nuestro engañoso cerebro— encaja perfectamente con el tono un tanto sensible y aniñado con el que procede el resto del elenco. Sigue leyendo

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Satisfaction

Una comedia de aire juvenil sobre un joven científico que viene del futuro a salvar a su madre

Satisfaction - FotoAunque no son pocas las películas que han tratado ampliamente el tema de los viajes en el tiempo, no es en absoluto habitual encontrarlo en el teatro. En Satisfaction nos topamos con Rubén, un joven científico que ha venido desde el futuro para salvar a su madre de un accidente de avión. Transformada en una comedia de enredo, con cierto toque a film ochentero y ritmo televisivo, aporta como juego visual el hecho de que participen unas gemelas que nos llevan a un final que podría ser más sorpresivo si no fuera tan abrupto. Podría considerarse, incluso, una obra de entretenimiento para adolescentes, aunque no sé si a sus padres les gustaría que cada uno de los cuatro actores esputara cada cinco minutos la expresión «¡hostia-puta!» o «¡cojones!», sin venir mucho a cuento. Todavía me pregunto por qué se utiliza ese lenguaje como si fueran muletillas de unos barriobajeros cuando el contexto no lo pide. A veces se busca así la risa fácil. Mal camino. Uno tenía la esperanza de que aprovechando que la cuestión esta de los viajes intertemporales estaba inédita en las tablas, que se hubiera aprovechado para ofrecernos algún giro distinto, alguna perspectiva peculiar; pero lo que descubrimos es, otra vez, la colección de tópicos propios de estas historias. Sigue leyendo

La piel del lagarto

El hogar de unos reptiles refleja los ritmos inconsecuentes de nuestra vida moderna

La piel del lagartoPara esta fábula a la que asistimos, contamos con una familia de lagartos y una libélula que pasaba por allí. Si nos acogemos a las metáforas que se ponen en juego, debemos aceptar que, al igual que nosotros, se comportan más por imitación, pero que esa piel tan impermeable les evita cambiar con facilidad; parece que tienen que esperar a que mude por sí sola y aprovechar el momento, si uno es lo suficientemente avispado, para transformarse. Lo que la Compañía del Sr. Smith nos cuenta es la historia de un lagarto adulto que, de forma parecida a lo que ocurría en aquella película que protagonizaba José Coronado, La vida de nadie, se dedica a pasar el rato en un descampado, por vergüenza a reconocer que se ha quedado sin trabajo; lo interpreta Javier Laorden con un buen despliegue de actitudes y entrega física. Su mujer, la lagarta, es algo casquivana y no tiene pudor en buscarse afanosamente un amante el día de su cumpleaños; Isabel Alguacil ofrece un perspicaz encanto a la par que ambiguo. Luego tenemos a los adolescentes, el muchacho lagarto, Alejandro Pastor, se empeña con un ímpetu in crescendo, como si estuviera movido por la impotencia y sus ansias por alcanzar otro estatus. Finalmente, Alba Loureiro se lleva el personaje más redondo y complejo, con el cambio en sí mismo como revulsivo: diferentes nombres, diferentes personalidades, diferentes apariencias hasta que se encuentre a sí misma. Una youtuber dispuesta a ofertarse en cuerpo y alma a cualquier visitante. Mutatis mutandis, lo que viene a ser una familia estándar de nuestra contemporaneidad urbanita. Después, Salvador Bosch, Sr. Smith, la libélula, es quien mejor ofrece una ruptura por un lado, temporal y metafóricamente agónica, puesto que solo vive un día; y, por otra parte, moral, pues debe convencerles de que no se la coman. Todo ello envuelto con alegría y cierto estoicismo. Sigue leyendo