Édouard Louis se pone a las órdenes de Thomas Ostermeier para insistir sobre su vida autoficcionada en un espectáculo manido

Hace poco más de un año presentaba La Joven en el Teatro de La Abadía su versión sobre la exitosa novela autobiográfica Para matar a Eddy Bellegueule, de Édouard Louis. El proyecto ha continuado girando en los últimos meses y muchos jóvenes han asistido a diferentes representaciones. En ese espectáculo se nos detallaba —así aparece en el libro— la difícil adolescencia del escritor en una zona postindustrial y depauperada de Francia. En esas circunstancias de paro y de alcoholismo, su latente homosexualidad era una diana indeleble para toda esa sociedad repleta de cafres e insolentes. Toda esa agresividad aparecía en el instituto; pero también dentro de su casa. A partir de esa obra ya se nos había dado cuenta, en gran medida, de la relación que tenía con su padre. Uno ya se hacía a la idea de cómo era vivir con un hombre que no tenía nada más que hacer que estar sentado en el sofá frente al televisor o con los amigotes bebiendo. Sigue leyendo