Un fraude paralímpico se muestra como crónica ejemplar de nuestras miserias patrias

El Club Caníbal continúa sus andanzas por nuestro carpetovetónico lema: «Esto solo pasa en España», tan propio de la tradición picaresca. Esta segunda parte de sus Crónicas ibéricas mantiene la estética rancia de su anterior trabajo, Desde aquí veo sucia la plaza, que marcó una dirección y un estilo humorísticos a tener en consideración. La dificultad para mantener el nivel y garantizar las expectativas ha sido máxima. Esta vez, con Herederos del ocaso, partían de aquel bochornoso fraude ocurrido en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000, cuando diez de los doce jugadores del equipo de baloncesto no presentaban ningún grado de discapacidad y fueron descubiertos después de que se alzaran con el oro. Es considerado uno de los mayores engaños del deporte mundial. Sigue leyendo