La Sala Cuarta Pared acoge este espectáculo performativo sobre la libertad de expresión y el comportamiento policial
Cuando en 2020 Rodrigo Sorogoyen presentó su serie Antidisturbios las polémicas se sucedieron. Desde algún sindicato de policía afirmaban que se «manchaba» la imagen del cuerpo. Otros sectores de la sociedad sostenían que se blanqueaba las acciones de estos hombres «humanizando» sus problemas sicológicos y familiares. Ahora, Antonio Morcillo López, al que habíamos conocido en Bangkok, ha escrito sobre la cuestión a raíz de un caso particular. Tal y como apareció publicado en los medios el 16 de febrero de 2021, una joven de 18 años perdió un ojo debido al impacto de un proyectil de foam lanzado por un mosso. Sigue leyendo
Cualquiera que haya vivido en los ochenta entiende lo que supuso la heroína para la juventud de aquellos tiempos. Las calles, los parques, los portales y otros recovecos se llenaron de zombis pedigüeños, de jeringuillas, de limones, de papel de plata y otros adminículos. Los radiocasetes de los coches volaban, los bolsos de las señoras se arrancaban y las familias quedaban literalmente destruidas en la consunción del consumo. Esos muchachos (también muchachas, aunque menos) fueron aquellos yonkis, que era como se les llamaba, antes de que definitivamente se les considerara enfermos y víctimas, y pasaran a denominarse drogodependientes. En los últimos tiempos, gracias a Fariña (el libro, la serie y la