La Sala Cuarta Pared acoge esta indagación satírica sobre la popularidad en la época de las redes sociales
El paralelismo que han establecido los de La Teta Calva resulta macabro; pero, en realidad, es tan patético como el infantilismo que arrastra parte de la nueva generación: surfeadora en las redes sociales y ahogada por las incesantes olas de lo novedoso. Comparar el éxito y la muerte de Michael Jackson —el indiscutible rey del pop—, con el ascenso «fulgurante» y la caída intrascendente de una influencer, es un planteamiento muy sugerente. Ser influencer de la nada es el colmo del nihilismo y la risotada estentórea de Mefistófeles. Sigue leyendo