El curandero

Juan Pastor vuelve a presentar esta obra del irlandés Brian Friel construida con tres soliloquios que cuestionan el concepto de verdad absoluta

El curandero - FotoSi por algo destaca y resulta interesante esta obra es por su planteamiento formal y por cómo incide en la idea —diríamos que orteguiana: «todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado»— de la perspectiva, y como ella se relaciona con el concepto de verdad. Por eso aquí, a través de una obra teatral, se da ejemplo de que nuestra memoria, como bien es sabido, trabaja con la reconstrucción de los hechos, rellenando huecos e inventando acontecimientos que se configuran con deseos, con creencias o, incluso, con relatos de otros que insertamos en nuestra propia historia. Básicamente, lo que hacemos permanentemente tanto en vigilia como en somnolencia. Así somos. Otra cuestión, evidentemente, es mentir y mentirnos. Pues también nuestro cerebro necesita olvidar y obviar detalles de sucesos dolorosísimos. Forma parte de nuestro sistema de defensa. ¿Arregla algo el perspectivismo? Es decir, ¿ofrecer varias perspectivas de un hecho nos acerca más a la verdad? Si el escuchante es perito en ciertas lides o es un forense capaz de analizar incongruencias, entonces la posible verdad parece más cercana. Hoy, la verdad, más que nunca es una sensación, una ilusión, un pálpito. La verdad es lo que expresan los nuestros y el discurso lloroso de los que se manifiestan débiles o víctimas. Ir más allá, es un esfuerzo que con frecuencia no estamos dispuestos a asumir. Buscar la verdad cansa y, encima, puede revelarse agria para nuestra conciencia de biempensantes. Sigue leyendo

El año del pensamiento mágico

Jeanne Mestre se mete en la piel de la escritora Joan Didion para revelarnos su personal annus horribilis

El año del pensamiento mágico - FotoAhora que somos inmortales, en Occidente, la muerte es una tragedia inédita y tan insoportable que hasta que no llega uno es incapaz de convencerse de su existencia. Joan Didion nos da la buena nueva, ella ha sufrido una pérdida y, nos avisa, «a ustedes también les va a ocurrir». Fue la primera mujer en perder a su marido de repente; John Gregory Dunne, a la edad de 70 años. ¿Cómo nos debemos tomar el discurso sobre el alabado texto El año del pensamiento mágico? Por lo escuchado en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español quizá como la liberadora expresión de una escritora que vive en Nueva York y a la que parece que la vida le ha respetado hasta ese fatídico momento. Lo verdaderamente duro es que su hija estuviera en coma en esos mismos instantes debido a las complicaciones de una neumonía. Indudablemente horroroso. Luego, cuando despertó, pudo asistir al funeral de su padre. ¿Cómo integrar desde nuestra posición ese recorrido descriptivo de los hospitales como si fueran hoteles de cinco estrellas? Uno busca la respuesta a tanto dolor, pero se encuentra con aquello del «pensamiento mágico» que, en la Gran manzana, en diciembre de 2003, por mucho que se decore con parafernalia antropológica y chamanismo apache, huele a técnica coaching, a truco de autoengaño como al que recurren todos aquellos que se enfrentan a una muerte cercana e inesperada. Si no recojo sus zapatos, volverá. Hasta que el duelo remite y la espera se esfuma. ¿Por qué este texto debe ser extraordinario? ¿Qué nos aporta? ¿Es Joan Didion el ejemplo de algo? Sigue leyendo