José Luis Iborra dirige esta nueva entrega del espectáculo navideño en el Circo Price con un argumento poco elaborado

Pasan las ediciones, una tras otra, en estas fechas tan señaladas, y las comparaciones se hacen inevitables. A veces ha ganado lo circense (La casa del árbol), otras, el cuentecillo con su ambientación (Los mundos del Price o El regreso de los cinco amigos) e, incluso, cuando nos visitaba Cometa, se aunaba todo con brío. En esta ocasión, los números de los artistas del equilibrio y otras variedades no alcanzan en conjunto el esplendor; aunque resultan atrayentes y vistosos. Sin embargo, la trama, el envoltorio, la danza y la música dejan mucho que desear. Sigue leyendo